CELTICS 79 - CAVS 87

LeBron James jugará sus octavas Finales consecutivas de la NBA

Los Cavaliers se impusieron a los Celtics en un séptimo de infarto que se decidió en los últimos minutos. ¡Calderón, a las Finales de la NBA!
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LeBron James lo ha vuelto a hacer. El monstruo lo ha vuelto a hacer. No es la primera vez que empiezo así una crónica y algo me dice que tampoco será la última. El rey, que no salió de la cancha ni para coger aire (jugó los 48 minutos...), jugará sus octavas Finales consecutivas de la NBA (novenas en total) después de batir a los increíbles Boston Celtics en el Garden. Una auténtica locura...

Empezó sin ayuda, sin una mano amiga capaz de aportar. Y anotó 12 de los primeros 16 puntos de sus Cavs para mantener a los suyos en el partido. Los Celtics fueron bastante superiores en el primer tramo del encuentro. Sin especial acierto exterior, pero mejor colocados, más compenetrados y más efectivos que unos Cavaliers que parecían muertos.

Entonces, con los Celtics hasta 12 arriba y LeBron pasando su peor momento del duelo, llegaron las ayudas al rey: algo de George Hill (entre poco y muy poco, desconocido fuera de Cleveland...), algún triple de JR Smith, algo de Tristan Thompson y, sobre todo, mucho Jeff Green. Ese alero con físico y talento de estrella pero que nunca llegó... Hasta los 19 puntos se fue en el séptimo y definitivo partido, convirtiéndose en el gran apoyo de LeBron y en la clave de que los Cavs llegaran ayer con opciones al final del partido. Sin él no hubiera sido posible.

El martillo de LeBron y las prisas de los Celtics (de Terry Rozier sobre todo: 0/10 en los triples, 2/14 en los tiros...) hicieron el resto. Boston acabó con un doloroso 7/39 en los triples (17% de acierto), una serie que no se puede salvar... Aunque cometas solo cinco pérdidas y el rival falle 26 de sus 35 intentos. No sé si fueron las piernas, las prisas, los nervios... O todo al mismo tiempo. Seguramente más lo último que lo primero. Pero lo que está claro es que, pese al la primera parte de Horford (desaparecido en combate en la segunda) y las barbaridades de un Jayson Tatum que está para lo que quiera (para lo que le de la real gana: 24 puntos, siete rebotes, dos triples, un póster alucinante sobre LeBron y muchos minutos defendiendo a uno de los mejores jugadores de la historia) y mucho más, los Celtics lo que no tienen es a LeBron James.

El rey no abusó, pero tampoco paró de golpear en todo el partido. Golpeaba el aro, el tablero, el pecho, el parqué... Todo lo que se le ponía por delante. Al final, 35 puntos, 15 rebotes, 9 asistencias, dos tapones... Todo mejores marcas de un partido en el que jugó todos y cada uno de los minutos. Todos y cada uno.

Octavas Finales consecutivas. 'Sus' Finales, podríamos decir. Y con estos Cavaliers, una de las grandes gestas de su carrera si no la más grande. LeBron es leyenda. Más que ayer pero menos que mañana. Y qué leyenda.