Manolete

Con la llegada de Morata, el Atlético puede sacar pecho. El gol ha sido su asignatura pendiente en lo que llevamos de temporada pero ahora va a tener una delantera de lujo

El Girona se ganó a pulso seguir adelante aprovechando los regalos de un Atlético desconocido en el centro del campo y en la defensa.

Morata ha sido claro este fin de semana, en los días que ha estado pasando en Madrid: le ha declarado su amor al Atlético.

La afición colchonera sigue teniendo los colores como uno de sus mayores tesoros y no renuncian a ello. Así no es extraño que siga creciendo la entidad.

Lucas ha demostrado con creces que se puede confiar en él (ya le dio calabazas en su día al Real Madrid) y junto a Oblak y Godín es uno de los pilares.