Da escalofrío escuchar hoy Al Alba, esa letra imborrable de Luis Eduardo Aute, a quien, como decía ayer en Hoy por hoy de la SER, habría que hacer un monumento.
Al Atlético le pasa algo notable: se parece al semblante de Simeone. Siempre va de oscuro, pero a veces también tiene oscuro el semblante.
El fútbol se hizo para las peñas y para las multitudes, para el graderío habitado, no para ese esqueleto que vimos esta tarde en el Nou Camp.
Llegó sin música. Contagiado por el equipo, el brasileño perdió una oportunidad que le hubiera quitado al Barça el suspense final.
El filósofo Gabilondo, con el que coincidí en los congresos de la Ser en Córdoba, dijo el viernes esa frase en sede parlamentaria, en Madrid, donde ocupa el liderazgo...
El gol de Luis Suárez fue el tanto de un jugador que nació para romper la red pero que en los últimos partidos tenía la pólvora inútil.
A Messi habrá que llamarlo Cuatrodesiete. Disparó siete veces, marcó cuatro goles. Un respeto. Hay algo que decir, además, de este goleador...
De los tres extranjeros que llegaron al equipo de Valverde en verano, dijo Joan Manuel Serrat poco antes de empezar LaLiga: “No te engañes: el mejor es Paulinho”.
Juan Cruz nos da su opinión sobre varios temas deportivos que han ocurrido esta semana, la inauguración del Wanda Metropolitano entre otros.
El Barça recuperó el ánimo. Piqué es un central de los de antes y Messi tiene la garantía que tienen sus depresiones es que sólo son visibles cuando no se mueve.
Ya lo hemos dicho: el fútbol ahora no truena, habla. No hay la exigencia dialéctica, de enfrentamiento, de otras épocas en la cúpula del fútbol.
Messi es otra historia. Así que dejen que empiece hablando del extranjero. A Dembélé le cantó la grada el himno de su país, La Marsellesa...
He aquí que acaba el drama con más drama. Messi firma, se queda (se queda es una frase que ahora persigue al Barça); pero no lo hace...
En un tiempo en que todo parece torcerse en España, incluso el fútbol, al fin algo funciona, y es la Selección nacional de fútbol.
El Barça empezó tarde la cosecha y se le ha estropeado el mosto, pues en fútbol todo lo que se queda a la mitad desata frustración en la afición.
Esa manifestación por Barcelona, tras los gravísimos atentados, requería por todas partes una enorme sensibilidad. También futbolística.
Entre las cosas que se han dicho del Barça estos días (se le ha reprochado hasta las manchas del escudo) ha llamado la atención el énfasis ...
Los jugadores tienen delante una directiva inútil, que no ha actuado con la celeridad conveniente a una crisis como esta que ahora hiela la sangre al aficionado.
El motivo central de la vida es el aprecio al otro, la paz, el abrazo. Se produjo en Barcelona, en Bilbao, en Sevilla, en A Coruña… Me impresionó Bilbao,
Dijo Jordi Martí, que es tan buen barcelonés como barcelonista, en Carrusel: “Messi es un windsurfista debajo de la ola”. Cuando salga de la ola empezará otro tiempo.
En el estado de ánimo de los futbolistas funcionan los mismos factores que en el comportamiento de los maestros en las escuelas
El Barça, por cierto, ahora no tiene ni alma ni diablo. Eso no es eterno, que lo sepan los que lo matan demasiado pronto.
Sosegaos, amigos aficionados al fútbol, empezando por mis compañeros de grada, los barcelonistas. Esto no ha hecho más que empezar.
Paulinho viene a ser el jugador brasileño que acelere la recuperación del diezmado Barcelona, más roto de lo que parece, y no sólo porque se haya ido Neymar.
Juan Cruz analiza lo más relevante del mundo del deporte ocurrido durante la semana pasada con especial atención al Barcelona y Real Madrid.
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