No tomar calle, no celebrar en grupos, no fundirse en abrazos es respetar a nuestros colores.
Hace unos días el Racing Club anunció que haría socios eternos a los hinchas del equipo de Avellaneda desaparecidos durante la dictadura argentina...
Comienzo con una confesión: no soporto a los coaches, esa gente que además de darte lecciones, te cobra por ello.
La grada me ha dado, sobre todo, alegrías. Celebrar un gol es vencer al sinsentido de la vida.
Lo que hace en el campo es solo una parte de la dimensión de un jugador.
En 2001 Racing Club salía campeón del torneo Apertura después de 35 años
Mujeres cuya lucha ha hecho del club que aman una entidad más grande, mujeres cuyos pequeños pasos fueron grandes saltos para quienes vinieron detrás.
Lo confieso sin más preámbulos: con esto del VAR, soy de opinión intermitente y cambiante
Atletas y entidades deportivas en Estados Unidos están dando una lección a las europeas sobre cómo actuar en lo relativo a implicación social y política.
"Cuidado con este, que es buenísimo", me dijo Ander cuando el equipo rival hizo su primera sustitución.
La secuencia es la que sigue: minuto cuarenta y dos del Manchester City-Arsenal, el central gunner Gabriel despeja el balón, que toca en la pierna de Agüero...
Un partido sin espectadores es como un libro cerrado, algo inacabado, en un extraño limbo, en suspenso. Es una alegría que se vayan dando pasos hacia el regreso del público a los campos.
Me convertí al existencialismo cuando todavía era un chavalín, antes siquiera de saber que había una palabra para definirlo
Mantuve la costumbre de ver el Tour durante varios años. Mis primeras resacas fueron ante la televisión, con la voz de Pedro González de fondo.
En las dos últimas semanas, los cuatro equipos que históricamente se disputan el honor de ser el segundo más grande de La Liga...
Tiendes la mano, y el hombre que tú has puesto ahí te desliza un papel con los nombres de Pogba, Mbappé, Sterling y Van Dijk. A ver cómo respondes a eso.
"Yo no obedezco a Dios, comparto su opinión". La sentencia es de Séneca y yo se la leí a Emmanuel Carrère, en El Reino. Fue el verano pasado, con la temporada terminada y el consabido baile de nombres de responsables en los banquillos.
Ayer, día en el que el Stuttgart recuperó la categoría, se celebraba el día del orgullo LGTBI y la práctica totalidad del mundo del fútbol se apuntó, ...
El Athletic nos unía a él y a mí; también es lo que comparten mi hijo y mi abuelo, que no se conocieron.
Para mi hijo, no ha habido Athletic antes de Aduriz. ¿Cómo concebir lo que viene después?.
San Mamés no es una casa, sino un hogar. No es una estructura, sino los hilos invisibles que unen para siempre a quien lo habita.
Me doy cuenta de que he jugado miles de partidos de fútbol en mi vida y muy pocos han sido once contra once a dos porterías.
En las conversaciones por teléfono con mis amigos, todos coincidimos en lo mucho que echamos de menos al Athletic en nuestro día a día.
Estos días he llorado mucho. Como tanta gente, imagino. De pronto todo lo conocido parece haberse venido abajo, al menos por un tiempo.
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