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PASABA POR AQUÍ | GALDER REGUERA

Fútbol global, fútbol local

Cuando viajo, no pocas veces constato decepcionado que me es muy difícil encontrar la camiseta del equipo de la ciudad que visito.

De Bruyne
CARL RECINEAction Images via Reuters

Empiezo a escribir este texto al tiempo que mis hijos se sientan frente al televisor para ver el Manchester City-Liverpool. Comentan excitados las alineaciones y pronostican resultados. El mayor va con los reds. El pequeño con los de Guardiola y Lillo, porque es pelirrojo y sospecho que se proyecta en De Bruyne. Es un momento normal, como el que se estará dando en millones de hogares en todo el mundo, pero observándoles no puedo evitar pensar de pronto cómo han cambiado las cosas del fútbol en las últimas décadas.

Cuando yo tenía la edad del mayor, once años, los niños apenas conocíamos de nombre a los grandes clubes de las otras ligas. Como mucho, veíamos en televisión un par de partidos cada año de los equipos continentales, en las finales europeas o cuando se enfrentaban a los españoles en rondas eliminatorias. Ahí nacían nuestras simpatías, que eran puramente accidentales. A mí, por ejemplo, siempre me gustó el Rapid de Viena por la Recopa de 1985. Pero después de verlos una primera vez, nuestra relación con esos equipos de otros países era a través de la evocación.

Kevin de Bruyne celebra su gol ante el Liverpool.
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Kevin de Bruyne celebra su gol ante el Liverpool.CARL RECINEAction Images via Reuters

Hoy día, sin embargo, es casi más sencillo seguir a esos megaclubes, que copan la información, que a los equipos locales. Cuando viajo, no pocas veces constato decepcionado que me es muy difícil encontrar la camiseta del equipo de la ciudad que visito, mientras en las tiendas y en las calles abundan las de esas grandes corporaciones. Niños de todo el mundo juegan a videojuegos pidiéndose este puñado de equipos.

En este contexto, el resto de los clubes deben saber ubicarse. El secreto es no perder la perspectiva, no intentar ser una marca global, centrarse en cuidar a sus propios hinchas. A veces, por intentar que todo el mundo te escuche, no te oye nadie. Las claves para los clubes deben ser identidad y localidad: fútbol de kilómetro cero. Que la Premier y los clásicos y esos eventos sean el postre de un menú cuyo primer plato siempre sea cocinado en casa. No he contado un detalle: mis hijos ven el partido vestidos ambos con la camiseta del Athletic después de jugar un buen rato en la calle.