Jake Daniels

Jake Daniels tiene diecisiete años y juega a fútbol. Es delantero centro en los juveniles del Blackpool, de la segunda división inglesa. Esta temporada ha marcado treinta goles. Hace dos fines de semana debutó con el primer equipo. Había cumplido el sueño de su vida y, sin embargo, algo le impedía disfrutar plenamente del momento. Jake Daniels sentía que para ser futbolista profesional debía ocultar su orientación sexual, esa parte tan importante de nuestra identidad.

Jake Daniels, futbolista del Blackpool.

Jake Daniels pensó que aquello no estaba bien. Habló con su madre y con su hermana, habló con su capitán y sus compañeros, habló con el club y con su agente y con la asociación LGBTQ Stonewall. Habló mucho y sintió el apoyo de su entorno y, entonces, decidió dar el paso. Fue un gran paso para él, pero un enorme, enorme paso para el mundo del fútbol. El 16 de mayo, fecha previa al día internacional contra la homofobia, Jake Daniels, que tiene diecisiete años y acaba de debutar como profesional, declaró su homosexualidad en un comunicado en la web de su club.

Jake Daniels recibió el apoyo unánime del mundo del fútbol. Compañeros, instituciones y clubes reaccionaron mostrándole cariño y agradecimiento. Recibió mensajes de la UEFA, de la FIFA, de la Premier League. También del Liverpool y del Everton, del Manchester United y del City, del Athletic Club y del Barcelona, del Arsenal y del Tottenham. Y uno muy especial, del Preston North End, el gran rival del Blackpool, que en su cuenta de Twitter dio en la clave escribiendo: “esperamos que la valentía de Jake Daniels sea una inspiración para que otros sientan que pueden seguir sus pasos”

Imagino a otro chico adolescente en su habitación de una escuela de fútbol, en Lezama o en la del Ajax, en la de Boca o el West Ham, leyendo las redes sociales y dándose cuenta de que no tiene por qué elegir entre el sueño deportivo y el amor, que los dos aspectos de su vida son plenamente compatibles, y me siento reconfortado.

Jake Daniels tiene diecisiete años. Siempre ha soñado con ser futbolista profesional. Apenas ha comenzado a conseguirlo y ya ha cambiado, para mejor, el mundo del fútbol. Muchas gracias, Jake Daniels, de corazón.