El pasado viernes, Zinedine Zidane dijo tanto en español como en francés que su intención y su deseo era quedarse en el Madrid la temporada que viene.
La cordura y la tranquilidad que Griezmann ha mostrado en la entrevista publicada ayer en L’Équipe aparecen como una magnífica prueba que ha crecido y madurado.
Zidane explicó ayer varias cosas, entre ellas el hecho de que hubiera preferido que le tocase otro club en este cruce. “Por varias razones”, llegó a señalar incluso.
Zasca de los que aparecen de la nada y sorprenden porque el que lo realiza nunca lo había hecho. Zasca que sienta cátedra y deja grogui a los (y a las) que lo reciben en plena cara.
El Madrid fue intratable porque cada uno de los componentes del equipo siguió las consignas y obedeció las órdenes de Zidane.
Es la primera vez que Zizou vuelve a casa con el estatus de entrenador del club más prestigioso del mundo y estoy seguro de que mis compatriotas se sentirán felices.
El actual entrenador del Real Madrid quiere profundamente a los futbolistas. A todos los futbolistas. Incluso a los adversarios.
Es evidente que ciertos madridistas echan espuma por la boca cada vez que Benzema aparece en el terreno de juego.
Puedo entender que Ceballos se haya sentido molesto pero elevar un episodio relativamente habitual a estos dramáticos niveles de indignación me parece ridículo.
A día de hoy, Zidane no ha decidido nada sobre su futuro. Ni siquiera lo está meditando, ni está valorando lo positivo o lo negativo que sería seguir en el Madrid.
El galés partió como intocable en el seno de un tridente innegociable, pero su actitud acabó por desesperar a Zinedine Zidane.
Zidane rompió ayer su tridente porque pensaba que era lo mejor para ganar al PSG viendo los problemas del equipo galo en el mediocampo. Y así ha sido.
Zidane rompió ayer su tridente porque pensaba que era lo mejor para ganar al PSG viendo los problemas del equipo galo en el mediocampo. Y así ha sido.
A Zinedine Zidane no le hace falta buscar razones para motivarse más allá del simple hecho de dirigir al Madrid en un partido clave de la Champions.
A Zinedine Zidane no le hace falta buscar razones para motivarse más allá del simple hecho de dirigir al Madrid en un partido clave de la Champions.
Zidane va a “morir con sus ideas” y que sin ninguna duda confiará en el 4-3-3 con Bale, Benzema y Cristiano, uno de los conceptos en los que el míster cree profundamente.
Zidane va a “morir con sus ideas” y que sin ninguna duda confiará en el 4-3-3 con Bale, Benzema y Cristiano, uno de los conceptos en los que el míster cree profundamente.
Página24





