La historia de amor entre Pedro Caixinha y los toros
El técnico de Cruz Azul fue visto en la octava corrida de la fiesta grande, donde se reencontró con una de sus grandes pasiones. Te contamos la historia del portugués y la tauromaquia.
El técnico Pedro Caixinha regresó a la Plaza de Toros, sitio con un significado especial en su vida. El portugués fue visto está tarde en la octava corrida de la Temporada Grande, para vivir una de sus principales aficiones fuera del fútbol. El actual entrenador de Cruz Azul tiene un pasado muy ligado al arte taurino.
Caixinha encontró el amor por los toros desde la niñez gracias a su padre, quien participo en la tauromaquia durante casi dos décadas, pasos que el mismo DT siguió durante poco más de 10 años. El nacido en Beja se plantó frente a un número aproximado de 100 toros, cifra que lo llena de orgullo y que le permite llevar el apodo de Forcado al igual que su progenitor.
Su pasión le ligo fuertemente a Mario Moreno Cantinflas tras su llegada a suelo azteca, un verdadero artista e ídolo mexicano y también un amante de las corridas. El portugués incluso sueña con tener una estatua al lado del emblemático personaje en la Plaza de Toros una vez que consiga levantar el título con Cruz Azul.
Hoy tiene su nuevo hogar justo a un lado del sitio al que su corazón escapa por momentos.
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