El 'impactante' tren de vida de Giannis Antetokounmpo
El jugador griego de Milwaukee Bucks representa un extraño caso de personalidad multimillonaria que mide al milímetro cada uno de sus gastos e inversiones.
Nacido en Atenas en 1994 en el seno de una familia de inmigrantes nigerianos, la suya puede tildarse como la típica historia de superación y escalada al éxito a pesar de su origen humilde que le llevó de vender cd’s en Grecia a triunfar en las canchas de baloncesto. Y ahora, en la cima de su carrera, Giannis Antetokounmpo no olvida de dónde viene y a pesar de su estatus de estrella no se ha abandonado a la ostentación de la que hacen gala otras, ya sea en el mundo del deporte o en cualquier otro ámbito de la vida.
Ni siquiera después de llevar a los Milwaukee Bucks a lo más alto de la NBA 50 años después se ha permitido ningún desvarío. Pero es que su inusual sentido común viene de lejos. El griego vivía hasta 2018 en un apartamento que compartía con su madre, uno de sus hermanos y su novia. Todo ello dos años después de firmar una extensión de cuatro años por $100 millones con los Bucks, lo que ya da muestras de que a pesar de su privilegiada situación no tenía ninguna prisa por derrochar su creciente fortuna.
Solo cuando formó una familia y quiso ofrecer a su círculo más cercano mayores comodidades, aprovechó la oportunidad de mercado que le puso en bandeja un viejo conocido de la ACB, Mirza Teletovic, que estuvo seis años en Vitoria y que precisamente se retiró del basket como jugador de los Bucks en 2018. El bosnio le vendió su residencia, ubicada en la exclusiva zona de River Hills, por algo más un millón y medio de euros. Nada que ver con los dispendios de otras estrellas.
Nada de excesos
Pero el ejemplo de su casa puede extrapolarse a otros bienes que maneja el jugador franquicia de los Bucks. Giannis conduce una camioneta GMC 2011 que compró poco después de llegar a EEUU, o un Mercedes que compró en 2018, y huye de la moda de otras celebridades en lo que se refiere a los jets privados. Ni quiere uno ni pretende utilizarlo. “¿Por qué gastaría dinero en un jet privado?”, asegura el griego en una entrevista con GQ, que a finales de 2020 firmó una nueva extensión de su contrato por cinco años y 228 millones de dólares
“No invierto mi dinero en cosas que pierden valor o no tienen sentido”, añade Antetokounmpo, que a sus 26 años está entre los 20 deportistas mejor pagados según Forbes. Eso sí, el griego reconoce que tiene una debilidad: los relojes. Pero aplica la misma lógica que con el resto de cosas. “Me gustan porque aumentan su valor”, zanja.
Por ese motivo ha invertido en WatchBox, una especie de plataforma de compra-venta de relojes de lujo en la que también han puesto sus ojos otras estrellas como Michael Jordan, Chris Paul, Devin Booker o Karl Anthony Towns.
También destacan sus inversiones en Ready, una compañía de bebidas y alimentos para deportistas de la que es copropietario o su sonada apuesta por los Milwaukee Brewers de la MLB. Y es que esa es otra de las señas de identidad del griego, su inequívoco compromiso con la ciudad que le ha dado todo. “Milwaukee significa mucho para mí, me ha convertido en lo que soy, me enorgullece formar parte de ella y estoy comprometido con esta comunidad”, fue el argumento esgrimido como motivo para invertir en el equipo de baseball.
Y es que Giannis Antetokounmpo parece un tipo normal que sabe lo que realmente importa en la vida. “¡Lo dejaría todo sin pensarlo dos veces! Me retiraría del baloncesto si eso supusiera recuperar a mi padre -fallecido en 2017-. Volvería a Sepolia a vender cd’s solo por volver a estar con él”, aseguró este mismo año a Cosmote TV, un canal de pago griego, dando muestras de que en su escala de valores las prioridades están muy claras. Y el dinero, aunque sea bienvenido, no es una de ellas.