Tropiezo de número uno
Carlos Alcaraz ha jugado tres partidos desde que se alzó al número uno y ha perdido dos. En la Copa Davis cayó ante Felix Auger-Aliassime, el número 13, y batió a Soon Woo Kwon, el 74. Y este martes, en el Astana Open, en su primera cita en el circuito ATP tras auparse al liderazgo mundial, sucumbió ante David Goffin, la 66ª raqueta mundial, en el único choque del curso, y ya lleva 63, donde no ha logrado conquistar al menos un set. Estas derrotas no quieren decir que Carlitos sea ahora peor jugador que aquel que se coronó hace menos de un mes, el 11 de septiembre, en el US Open. Pero sí nos recuerdan que si es duro el camino hasta llegar a la cumbre, mucho más lo es mantenerse en ella. De hecho, Casper Ruud, su rival en aquella final de Nueva York, también perdió en primer ronda de Tokio ante Jaume Munar, y la semana pasada cedió el número 2 en Seúl. Estamos hablando de los dos jugadores que más han crecido esta temporada. El año se hace largo. Así lo ha entendido el propio Alcaraz, que dio la clave en redes sociales: “Hay que seguir trabajando”. No hay más secreto.
Su tropiezo ante Goffin, un experimentado rival de 31 años que luce dos victorias sobre Rafa Nadal en su palmarés, puede tener otras explicaciones más técnicas, como explicó Alcaraz en su rueda de prensa. El belga estaba más aclimatado a una pista difícil, porque venía de jugar dos partidos en la previa, y además se trata de un jugador que multiplica sus prestaciones bajo techo. Pero este tipo de situaciones, y otras muchas, van a cruzarse a menudo en la trayectoria profesional del murciano. Unas veces las solventará mejor, y otras peor. No hay que olvidar que, a pesar de ocupar el número uno, todavía tiene 19 años y continúa en pleno aprendizaje. “Tengo que extraer lecciones de este partido”, dijo después del patinazo. Y hay que reconocer que, hasta el momento, ha sido un buen alumno.