Tres pilotazos sin coche
Hace unos días, un alumno del programa 4ºESO+Empresa me preguntó durante sus prácticas en AS por mi pronóstico sobre el próximo ganador del Dakar. Su demanda me sorprendió por su madrugadora inquietud, cuando aún faltan más de nueve meses para el raid, pero rápidamente el primer nombre que me vino a la cabeza fue el de Carlos Sainz, el vigente ganador. Mientras articulaba la respuesta, me di cuenta de que el veterano piloto ni siquiera tiene equipo para la próxima edición, después de que Audi diera por finiquitada su aventura en el desierto. El detalle me hizo seguir hilando el asunto, porque en esas mismas fechas había leído que Fernando Alonso aplazaba la decisión sobre su futuro hasta el verano. Otro que no tiene equipo para 2025.
Los días se sucedieron hasta llegar al fin de semana, coronado con el gran éxito del otro Carlos Sainz, el hijo, en el GP de Australia. “Sigo sin trabajo para el año que viene, seguro que esto ayuda”, recordó luego el madrileño en rueda de prensa. Su asiento en Ferrari lo ocupará Lewis Hamilton el próximo curso. Otro más en el paro. Es un decir.
Curiosamente, los tres mejores automovilistas de la historia del deporte español siguen sin resolver su porvenir. O, como mínimo, siguen sin desvelarlo. Con el brillo de sus respectivos currículos, será difícil que no encuentren un volante apropiado a su calidad. Y que la coincidencia se quede en una mera anécdota. En la F1, los movimientos que afectan a Mercedes y Red Bull dejan dos golosos huecos. En el Dakar, Sainz ya advirtió que se lo iba a tomar con calma. En su caso, a sus 61 años, ya no tiene nada que demostrar, ni que demostrarse, y solo aceptará un asiento que le motive. Algo parecido puede plantearse Alonso, a sus 42. Sainz Jr., por su parte, está en un punto álgido de rendimiento. Son tres pilotazos sin coche... de momento. Quién lo diría.