NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Serena Williams es mucho más

Actualizado a

Cada partido de Serena Williams ha sido un acontecimiento en el US Open, porque cada partido podía ser el último. No lo fue su debut ante Danka Kovinic, que superó con solvencia. Aun así, ya recibió un homenaje en el estadio. Por lo que pudiera pasar. Tampoco lo fue, aunque se esperaba que lo fuera, porque se enfrentaba a la número dos del mundo, su segundo duelo frente a Anett Kontaveit, ante quien sacó a relucir su clase para certificar una última gran noche, la 856 y última victoria de su carrera. Y por fin lo fue ante Ajla Tomljanovic, testigo de una despedida histórica, ante 24.000 espectadores, de una leyenda que se agarró a la cancha con uñas y dientes, con cinco bolas de partido salvadas, como si no quisiera abandonar este tenis que tanto le ha dado, y que ahora es mejor gracias a su paso por el circuito en los últimos 25 años. El deporte tampoco quería su adiós, pero todo llega a su final. Tiene 40 años, una hija pequeña… y mucha vida por delante. Serena se va con un imponente historial, que incluye 23 Grand Slams. Pero su carrera no sólo se mide por sus excelsos títulos deportivos.

Serena es mucho más que un palmarés. Por eso es tan irrelevante el debate de compararla con Margaret Court, que ganó un grande más, 24. ¿Y qué? Serena está por encima de su propio dominio en la pista. La menor de las Williams, y en esto hay que incluir a la mayor, Venus, ha sido un ejemplo para el empoderamiento de la mujer de raza negra. Sus ganancias económicas le han situado entre las 100 millonarias del globo, y única deportista. Sólo en su día, cuando ambas rivalizaban, asomó por ahí Maria Sharapova. Su fórmula para anunciar su retirada, a través de Vogue, define bastante a Serena. Su carisma y su impacto se van a echar mucho de menos en el tenis, que busca una sucesora a la altura. Naomi Osaka no soportó ese éxito, Coco Gauff asoma lejos... Ya veremos. Da mucho vértigo pensarlo.