O surdato ‘nnammurato

El Real Madrid ha conseguido 24 puntos de 27 posibles en la Liga. La única derrota, contra el Atlético, que volvió a ser de Aviación. En la última jornada, victoria cómoda contra Osasuna con dos goles de Bellingham, que ya suma ocho en los ocho partidos que ha jugado en la Liga, uno de Vinicius y el cuarto de Joselu. En la Champions pleno de victorias, la primera contra el Union Berlin en el Bernabéu, con muchas ocasiones malogradas y con el gol de la victoria de Bellingham en el minuto 93 (qué minuto tan decisivo). Y la más importante, hasta ahora, la lograda en el estadio Diego Armando Maradona contra el campeón de Italia, el Nápoles. Otro partido en el que destacó Jude Bellingham, y no sólo por su calidad, también por el mucho y buen trabajo que hace: ataca, defiende, ordena, dirige, se mueve bien en todas las líneas y, además, marca.

Algunos hablan de que se parece a Di Stéfano, aunque eso son palabras mayores. De don Alfredo cuentan los que le vieron jugar que siendo un gran goleador, y jugando con el 9, se movía bien en cualquier demarcación, y en eso está el parecido del juego del inglés con el de la Saeta Rubia, un todocampista goleador. O surdato ‘nnammurato es uno de los himnos más bonitos que se han cantado en un campo de fútbol. Una canción napolitana que, cantada por 50.000 espectadores en el antiguo San Paolo (“Oh vida, oh vida mía...”) impresiona y emociona.

En Nápoles vimos en Jude Bellingham a ese soldado, enamorado de los colores, del escudo y de la historia del Real Madrid. El Madrid tendrá que pelear con lo que tiene, echando de menos a Courtois y a Militao, pero con algunas buenas noticias y otras que llegarán. Buen fichaje el de Joselu. Creciendo Tchouameni. Pletórico Carvajal. Camavinga, cumpliendo en cualquier posición. Rüdiger, consolidándose. Y sigo creyendo en Rodrygo, lo tiene todo… menos suerte de cara al gol. Cada remate es un “uy”, pero pronto será un gol, no hay larguero ni poste que aguante tanto tiro del brasileño. También nos faltará Nacho en dos partidos más, un gran futbolista que cometió un error, pero sin la maldad del que diagnosticó desde el rencor, y afortunadamente desde la ignorancia, que “le ha reventado la pierna”, o de quien afirmó que “ha ido a lesionarle”.

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