Mercado decepcionante y que cambia poco
Pues ya está. Se cerró el mercado con los cinco fichajes que ya vaticiné y con la sensación general de que las cosas no han ido a mejor, más bien todo lo contrario. De entrada, el Real Valladolid ha perdido a su joya más valiosa (junto a Moro), Juma Bah, para incorporar a un jugador que lleva 15 meses prácticamente sin jugar y que es una incógnita el rendimiento que pueda llegar a dar. Asimismo, se marcha un lateral que ha ido cumpliendo bien a lo largo del año y llega un chaval de 18 años, de enorme calidad, pero sin experiencia en las máximas categorías del fútbol europeo. En cualquier caso, es de lo más ilusionante que ha llegado porque ofensivamente tiene una gran talento y puede acabar por sorprender.
Las llegadas de Nikistcher y de Grillitsch mejorarán, a poco, el escaso rendimiento ofrecido por De la Hoz y Meseguer. Y la incorporación de Candela debe ser simplemente la llegada de un lateral más ante la escasez que había. No es un fichaje que pueda entusiasmar, pero por lo menos servirá para apretar a Luis Pérez y conseguir más competitividad. A todo eso hay que unirle que la portería, los extremos y la delantera se quedan igual que estaban sin que debamos olvidar que el Real Valladolid es, con diferencia, el quipo más goleado y el que menos goles anota. Por lo tanto, ha sido un metesaca el que ha llevado a cabo Catoira, sin más. Hay nueve millones más en la caja y un equipo, como mucho, parecido al que había. Algo mejor en la medular y similar en lo demás. Solo un rendimiento explosivo e inesperado de los que han llegado puede variar la previsión generalizada que ahora hay.
Porque aquí siguen Machis, Kenedy, Amath, Cenk, Comert… Desde verano a febrero incapaces de ofrecer un buen nivel. Les quedan tres meses y medio para justificar su presencia en esta plantilla. Si alguno de ellos pudiera revertir la situación sería de gran ayuda para el entrenador. Muy optimista no soy al respecto.
Por cierto, Lucas Rosa duplicará lo que gana y se asegura varios años de contrato en un club histórico y de gran nivel como el Ajax. Lo normal es que se vaya. Y lo hace dejando tres ‘kilos’ en la caja. No olvidemos que es un jugador al que no se quería fichar en su día en el club cuando llegaba de la Juventus. Ronaldo insistió en su contratación y el resultado ha sido bueno. El brasileño ha purgado con lo de Rosa el pecado imperdonable del fichaje de Stiven Plaza del que nunca más se supo.
Cocca, que va a seguir, tiene la difícil misión de hacer un buen cesto con estos mimbres. Ese será su objetivo. Hacer un equipo que compita bien todo el partido y que se haga respetar. La salvación es casi una utopía, pero la obligación de dar una buena imagen y de transitar por la categoría sin arrastrar el escudo es innegociable. No se pueden repetir los ridículos de Barcelona, Ourense, Villarreal o del día del Atlético de Madrid. Lo mínimo exigible es ofrecer una buena imagen y llevar la cabeza alta. Nada parecido a lo que vimos en Villarreal, donde a los jugadores del Real Valladolid solo les faltó pedir autógrafos a los del equipo de Marcelino. Se podrá bajar, que es probable que se baje, pero nunca arrastrando la imagen del Real Valladolid, un club histórico que está muy por encima de todos los que forman parte de esta entidad.