Me gusta el fútbol

Actualizado a 23 de noviembre de 2023 01:13 CET

Todavía recuerdo aquel estupendo anuncio de Canal+, a principio de los 90: “Me gusta el fútbol, los domingos por la tarde es la mayor de mis aficiones. Me gusta el fútbol, con los gritos y los goles se desatan las pasiones. Me gusta el fútbol, en casa”. Se iniciaba el camino de poder ver en televisión todos los partidos de la Liga, como ocurre hoy. El pasado fin de semana no hubo Liga EA SPORTS, la que algunos seguimos llamando Primera División. El partido de la Selección española ante un flojo rival, Georgia, con “casi todo el pescado vendido”, no cubría el vacío dejado por la Liga. La noticia más importante de ese partido fue la grave lesión de Gavi. Una temporada en la que tenemos que lamentar demasiadas lesiones importantes. En el Real Madrid son ya una epidemia. A las muy graves, y con mucho tiempo para su recuperación, de Courtois y Militao, se han ido sumando las de Kepa, Tchouameni, Ceballos, Bellingham, Camavinga, Vinicius, entre otros, y la más sorprendente, la de Güler, que pasa de lesión a recaída sin jugar un solo partido. A todos los lesionados, de cualquier equipo, desearles una pronta recuperación.

A falta de pan -fútbol-, buenas son tortas -otros deportes-. Y tortas nos han dado algunas. Lo más atractivo, para mí, del fin de semana, era la semifinal de ATP FINALS entre Djokovic y Carlos Alcaraz, números 1 y 2 de la ATP, y si las cosas iban como deseábamos, hubiéramos tenido al murciano en la final del domingo. Pero el serbio, en semis, 6-3, 6-2, y después en la final contra Sinner, 6-3, 6-3, no dio ninguna opción. Jugó con la frialdad y precisión de quien destroza a sus rivales diciéndoles una de las míticas frases de El Padrino: “No es nada personal, son solo negocios”.

No tuvimos buenas noticias en Fórmula 1 para nuestros pilotos, y fueron muy malas para Martín en Moto GP. Tampoco me olvido de otra derrota dolorosa para los madridistas, esa manita del Barça en fútbol femenino, donde sigue habiendo una distancia, sideral, como titulaba Aimara G. Gil en AS.