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Luis Enrique llega a tiempo

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Con finales así no hay nada que reprochar. España acabó de la mejor manera en Portugal al recurrir Luis Enrique a tiempo a los jugadores de los que no debería haber prescindido de inicio. La entrada por fascículos de Busquets, Gavi, Pedri y Nico Williams cambió por completo el panorama y acompañó a Morata en la búsqueda del ansiado gol, después de tantos minutos de desgaste en soledad. España tuvo entonces la pelota donde la debía tener, mostró personalidad y llenó el área para acogotar a una Portugal que antes había perdonado. Los solistas hicieron emerger al colectivo. Busquets impuso su criterio, Pedri y Gavi asumieron la creatividad y la energía que faltaba y Nico Williams confirmó que ha llegado para quedarse con su desparpajo e incidencia. Además, Carvajal y Gayà dieron un paso adelante, como Rodri y Pau Torres, que empezaron a conducir y distribuir con mayor agresividad. Todo para que Morata redondeara otro partido de nota con un gol para refrendar que debe ser el delantero de la Selección.

Luis Enrique resolvió acertadamente el acertijo que él mismo se había planteado. La alineación tuvo un tufillo extraño, desligado del mensaje, quizá tremendista, de que el partido era una final. Juntar a Koke y Carlos Soler no fue la mejor opción para que la posesión de España fluyera. No había jugadores con el catálogo en mano para saltar líneas. La insistencia en Ferran y Sarabia a pierna natural también volvió a resultar fallida y España cayó en la zozobra que ya se había dibujado ante Suiza. Quizá peor, incluso, con algún desajuste defensivo. Pero Portugal, con Cristiano en un declive que ya parece acusado, concedió una oportunidad a Luis Enrique para rectificar el paso después de una gestión dudosa. Y lo hizo, para bien de España y de Morata.

Presencia en el área

Ampliar

Nico Williams y Morata ocupan zonas de finalización que permiten el centro de Carvajal en la gestación del gol. Es importante que los extremos e interiores ayuden al delantero centro en esta faceta.