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Al margen de lo que pase de aquí al final de temporada, donde repetir un milagro como el del año pasado parece cada vez más difícil, el plan del Madrid para el mercado de verano debe tener una prioridad: fichar gol. Todas las demás operaciones son coyunturales y dependen de las variantes que se den con algunos jugadores de la plantilla actual. Si, como parece, Modric y Kroos siguen un año más, sólo la marcha de Asensio y Ceballos obligaría a reforzarse con un centrocampista ofensivo y ahí aparecerían los nombres de Bellingham o Gabri Veiga; pero estos futbolistas, siendo buenos, no son la necesidad perentoria del equipo.

El natural bajón de Benzema ha dejado al equipo sin filo, con un claro déficit de remate y de peligro en el área rival. Al margen de alguna goleada como la de Liverpool, en la mayoría de los partidos, incluso los jugados bien y dominados, el gol llega con cuentagotas. Hay poca presencia de jugadores en las zonas de remate, entre otras cosas porque el entrenador confía todo a la dupla Vini-Karim, dos jugadores que, en su origen, no eran supergoleadores. Es necesaria una alternativa en el área, un futbolista con instinto y con remate, un jugador cuya sola presencia cree peligro y provoque vigilancias de las que se beneficiarán los demás.

Sólo con esa pieza, la actual plantilla daría un indudable salto y ofrecería otro panorama para el año que viene. El mercado no es fácil y el club está escaldado después de los fracasos de Mariano y Jovic, pero habrá que encontrar una alternativa buena antes de que se vuelvan a poner a tiro Haaland y Mbappé.