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Lo que le pasa a Karim Benzema le pasa al Real Madrid. Es indudable la conexión entre el nivel de juego del francés y los resultados del equipo, están unidos de forma inherente; si Karim funciona a un nivel alto, hay victorias; si no está bien, el equipo se atasca de cara al gol. Esto sucede desde que se fue Cristiano y, así como las temporadas anteriores Benzema dio un paso adelante y llevó en volandas al resto, ahora el bajón en su rendimiento está afectando al equipo. La intermitencia por las lesiones ha mermado el físico del jugador, que se muestra un punto más lento a la hora de adelantarse a los defensas para al remate. Ya sabemos que Karim es mucho más que un rematador y que sale con asiduidad a participar en el juego, pero si él se aleja del área desaparecen casi por completo las posibilidades de gol.

En el último partido ante el Betis en el Benito Villamarín hubo bastantes llegadas al área verdiblanca que no se culminaron porque no apareció nadie para rematar, y cuando sí lo hubo faltó instinto en la definición. Volver al nivel del año pasado es imposible. La naturaleza es inexorable, pero es necesario que el francés recupere su intuición goleadora, esa capacidad de aventajar mínimamente al defensa para colocar un remate inapelable. Y no hay otra alternativa porque desde hace mucho tiempo se ha jugado todo a esta única carta. O mejora la Benzepatía o el diagnóstico del año se complicará.