Ganas de volver a veros
Nueve goles con diez jugadores. En dos partidos el Barça de Flick le ha hecho un global al Real Madrid de 9-2. Por tanto, el alemán queda perdonado del 2-8 que le metió a su actual equipo con el Bayern en sólo uno. Y los madridistas deben de ir en penitencia a recoger fondos para hacer un monumento a Courtois, que evitó en la primera parte un castigo mayor con sus paradones. Al Barcelona le sienta bien el Madrid e incluso añadió una versión desconocida a las habituales goleadas a su eterno rival. Esta vez fue jugando en inferioridad casi toda la segunda parte.
Y con remontada. El Barça no sólo se impuso a domicilio de nuevo (el Madrid era local por campeón de Liga y por apoyo popular en la grada) sino que además supo sobreponerse a un gol inicial de Mbappé. Es decir, remontó. Y lo que es más meritorio. Lo hizo después de darle un baño al equipo blanco de inicio y recibir un gol marca de la casa blanca a la primera ocasión, un hecho que destrozaría a cualquier equipo, pero no al Barcelona, que probablemente es el único conjunto del mundo al que no le dan miedo los achuchones del Real. Al contrario, parece que es el Real Madrid el que teme el castigo blaugrana. Y eso se notó a partir del 1-2 y se mucho más al final de la primera parte, que acabó 1-4. El Barça es el único rival ante el cual el Madrid teme más la goleada que confía en la remontada. Aunque sea en inferioridad.
Honor a La Masía. El aplastamiento del Barça al Real Madrid lleva firma de La Masia con la ayuda de fichajes como Raphinha. Lamine Yamal fue el elemento desequilibrante en ataque con 17 benditos años. Su gol fue una obra de arte demostrando que al mejor portero del mundo se le bate con habilidad y no con fuerza mientras dejaba la cadera de Tchouameni por el camino como Messi en su día dejó la de Boateng en el suelo del Camp Nou. Luego, Gavi fue el enganche necesario para que el Barça apareciera por todas partes y que Bellingham no rascara bola. Balde marcó el gol más importante de su vida. Y luego llega Casadó. Jugador que hace cinco meses no cono cía nadie pero que dominó el partido de manera espectacular. Tuvo errores, pero de las 14 faltas del Barcelona en el duelo, 8 fueron suyas. Y al final, con uno menos, Iñaki Peña supo mantener el tipo después de que en su primera intervención le marcaran un gol. Ante los de la casa blaugrana, las estrellas blancas se estrellaron.
Cuestiones inexplicables. Fue una final con cuestiones a revisar. En la que Vinicius, que no debería haber jugado, no acabó el partido. Y lo mismo, pero al revés con Dani Olmo. Pero quedan cuestiones como la de saber por qué Gil Manzano no expulsó a Camavinga en la primera parte, cómo no vio en primera instancia el penalti del propio Camavinga a Gavi cuando lo tenía delante.
Raphinha. El brasileño es el líder de este equipo de manera absoluta. Puede salir en rueda de prensa a criticar la gestión del los casos de Olmo y Pau Víctor y luego jugar una final espléndida. Podía haber marcado cuatro goles. Un líder en toda regla.
Hay que jugar más ante el Madrid. Y también equipos similares. Este Barcelona sigue dando matrícula de honor cada vez que se enfrenta a los rivales más grandes. Hay ganas de volver a ver al Madrid, al Bayern, al Dortmund y al resto de los equipos grandes. Queda ordenar a un equipo adolescente para que sea más regular, pero las pruebas se van superando en los momentos cruciales. Tanto, que se gana con uno menos después de que Szczesny fuera a por tabaco y aún así, el Barça ya sume su primer título. Ganas de volver a veros.