Galones Bellingham
La autoridad del mando se gana también en la hierba y ahí Bellingham ha entendido que su categoría futbolística tiene que tirar del resto.


Una de las razones de la mejora del Madrid, que no se puede dar por definitiva, pero sí es valorable, es el rendimiento de Bellingham. Perdido como la mayoría en el inicio de temporada, sin encontrar el sitio donde rindió tan bien el año pasado, se mostraba tenso y cabreado en el campo y, aunque corría arriba y abajo sin parar, pasaba desapercibido muchos partidos. Desde hace unas semanas, el británico ha dado un paso adelante y se ha convertido en la referencia en el medio, bajando a recibir, conduciendo y apareciendo por todo el frente de ataque para encontrar a los delanteros. La espesura del juego del equipo se despeja bastante con sus intervenciones, apoyado en ese físico portentoso que además le permite llegar al área y al gol.
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Jude ha crecido también en lo anímico y ha entendido que, en la actual plantilla, tiene que tomar unos galones que en principio no le corresponden. Modric, Valverde, Tchouameni, Lucas, Vinicius o Rodrygo llevan mucho más tiempo que él en ese vestuario, pero la autoridad del mando se gana también en la hierba y ahí Bellingham ha entendido que su categoría futbolística tiene que tirar del resto. Con solo 21 años, le ha tocado madurar antes de lo previsto, para consolar a Mbappé, para pedir a Vinicius que baje, para alentar a Güler, para cambiar pareceres con el entrenador y para asumir la responsabilidad de jugar en el Real Madrid.
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