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Esta vez bailó el Taty

Falta de concentración.- Me tomé un café tres horas antes del partido en el bar de costumbre. Javi me atendió, estuvo amable como siempre, y me sorprendió lo que me dijo cuando le hablé del partido de Girona: “¿Es que juega hoy el Madrid? No me había enterado”. Javi es muy fan del Madrid pero no sabía que su equipo del alma tenía cita en Montilivi. Es el reflejo de la afición, que dimitió de esta Liga desde la derrota del Clásico (gol anulado a Asensio por el pelo de una gamba, no olvido). Algo que ha debido calar también en parte del vestuario, sobre todo por una actuación defensiva horrorosa que deja al tranvía de Ancelotti descarrilado a solo 11 días de la final de Copa ante Osasuna. El italiano, elegante como siempre, se disculpó ante los seguidores blancos que se llevan un disgusto por la imagen ofrecida, no tanto por la trascendencia de una derrota que no te saca de pobre ante una Liga que estaba perdida. En el Madrid hay que morir de pie siempre y lo de Girona fue una pesadilla. Mala noche para el madridismo militante.

Los 4 de Castellanos.- Vi por primera vez al argentino el pasado verano en un partido de la MLS, en el que Taty Castellanos jugaba con el New York City. Mi hijo y yo dijimos rápido: “Este delantero es bueno. Tienen cosas diferentes. Acabará en Europa”. Dicho y hecho. A los cuatro días hizo oficial el Girona su contratación. Muy acertada, hasta el punto de asumir la afición que su héroe Stuani pase más tiempo en el banquillo que en el verde. Los cuatro goles del Taty Castellanos me recordaron la pesadilla de la noche del póker de Lewandowski con el Borussia en Dortmund. No le quito mérito al héroe de Montilivi, pero coincidió con una noche nefasta de Militao y Rüdiger. Muy lentos, sin ir a los duelos con intensidad, pasivos en las aperturas del equipazo de Míchel...

Vini, reflexiona.- Soy un defensor a ultranza de Vinicius y me encanta su capacidad de desequilibrio permanente y cómo vive los partidos. Siempre da la cara y no para de intentarlo. Pero creo que en Girona estuvo demasiado excitado aunque tuviese razón en protestar la jugada previa al 1-0, con una clara falta cometida sobre él que no fue castigada por Iglesias Villanueva. El brasileño entró en combustión y estuvo peleado con el mundo todo el partido, jugándose la segunda amarilla en la segunda parte. Vini, no te hace falta entrar en esas guerras. Eres tan bueno que debes bajar tus decibelios emocionales y hacer lo que sabes. Hoy mismo, gol y asistencia. En eso eres único. Reflexiona.

Enríquez Negreira.- Buceando en el archivo de las efemérides he encontrado que este miércoles, 26 de abril, se cumplen 42 años de aquella Liga que el Madrid de mis amados Juanito, Stielike y Santillana perdió en la última jornada en un codo a codo increíble con la Real Sociedad de Arconada, Satrustegui y López Ufarte. Si el Madrid de Boskov ganaba y los donostiarras perdían, el título de liga para los blancos, que cumplieron con sus parte al vencer 1-3 en Zorrilla al Valladolid (dos goles de Santillana y uno de Stielike). La Real perdía 2-1 en Gijón y Juanito ya empezaba en Pucela a cumplir su promesa de campeonar yendo hasta el vestuario de rodillas. Pero el partido de Gijón no acababa. Se dieron varios minutos de alargue... y llegó el gol de Zamora que trasladó el alirón a La Concha. ¿Quién era el árbitro de El Molinón? Enríquez Negreira. Vaya, vaya...

Reacción.- Hay que tomárselo como un accidente. El Madrid debe pensar que la final de Copa de La Cartuja y la eliminatoria con el City es lo que verdaderamente importa. Pero hay que llegar con una sonrisa. Lo de Girona no debe repetirse.