En Londres comenzó todo
El PSG perdió 2-0 ante el Arsenal en octubre, en un partido en el que Dembélé fue desconvocado por decisión de Luis Enrique. Todo cambió para bien después.


En octubre, el PSG perdió 2-0 contra el Arsenal. Aquel encuentro, aunque acabó en derrota, fue un punto de inflexión para Luis Enrique, cuya autoridad se vio reforzada, y sobre todo para Dembélé, desconvocado por motivos disciplinarios, tras replicarle, en tono acalorado, una decisión a su entrenador, antes de erigirse como uno de los mejores jugadores del mundo. Seis meses después, los parisinos vuelven al Emirates, ahora como un equipo temible en Europa, con un Donnarumma estelar y con un Dembélé que quiere guiar al PSG a la primera Champions de su historia, la gran obsesión de los qataríes, también de los aficionados, en la última década.
En un colectivo reforzado, con Luis Enrique como máxima estrella, el campeón de la Ligue 1 quiere asaltar hoy al Arsenal y encarrilar su pase a la final. Pase lo que pase en la eliminatoria, Luis Enrique ya ha conseguido lo más difícil en París: cincelar un equipo de fútbol en el que no hay nadie por encima del resto y en el que todos, sin distinción, no negocian los esfuerzos. El último paso, el más difícil, ganar la Champions, sería el broche final a dos años espectaculares del asturiano y su staff técnico, renovados hasta 2027 por méritos propios. El PSG actual quiere romper esta noche una racha de cuatro derrotas seguidas en las semifinales de la Champions, su gran talón de Aquiles y su obsesión desde que Qatar asumiera las riendas del club hace ya 14 años. Es el momento.
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