El reto de Xabi Alonso

Los reduccionistas concretarán el objetivo del nuevo entrenador del Real Madrid en uno, ganar títulos, pero para lograrlo tendrá que conseguir primero que el equipo blanco juegue como un bloque y recupere el equilibrio y el espíritu colectivo que se difuminaron esta temporada. Si vuelve a ser un equipo que domine los partidos, difícil de batir y con un sistema de juego claro en el que todos los futbolistas estén implicados, los trofeos llegarán.

Este año, con la llegada de una estrella como ha sido Mbappé, se ha constatado que un jugador, por bueno que sea, no hace un equipo. Si las piezas no encajan bien y el juego no fluye, puedes ir tirando de calidad y de fortuna, pero al final terminan saltando las costuras del traje. Es evidente que con el sistema de este año había un desequilibrio en el campo y parece asumido por todos que Xabi Alonso intentará arreglarlo con una defensa de tres centrales, un centro del campo muy poblado y solo dos delanteros. Uno de los objetivos de este sistema es que las desatenciones de los dos atacantes no lastren la seguridad defensiva y el equipo tenga un posicionamiento y unas rutinas a la hora de recuperar la pelota de las que hasta ahora carece.

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Sobre el papel, está bien pensado, pero no hay que olvidarse de la construcción del juego, porque el Real Madrid va a jugar, como casi siempre, la mayoría de sus partidos ante equipos que van a encerrarse en su campo sin importarles no tener el balón, y entonces se necesitarán finos ingenieros que engarcen el fútbol en espacios reducidos. Esa mezcla ideal es la que necesita encontrar Xabi Alonso, con lo que tiene y con lo que le traigan en el mercado.

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