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El RB Leipzig apuesta por una cara conocida

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Destitución sorprendente. Las expectativas en el Leipzig antes de empezar la temporada eran altas: habían logrado retener a Nkunku pese a ser uno de los hombres con más cartel en el mercado, y además habían conseguido que regresara Timo Werner por un precio muy inferior al que sacaron cuando lo vendieron al Chelsea. Quizá por ello, el dubitativo inicio de campaña le costó el cargo a Domenico Tedesco, a pesar de que la pasada temporada consiguió firmar una remontada espectacular desde que asumió el cargo, clasificando al equipo para la Champions League y levantando la Copa de Alemania, el primer título en la historia del RB Leipzig. Sus números globales en el momento de la destitución reflejaban ese buen trabajo: 21 victorias, 8 empates y 9 derrotas. ¿Qué ocurrió entonces? Dos goleadas en contra consecutivas, una con el Eintracht en la Bundesliga (4-0) y otra en Champions ante un Shakhtar venido a menos por las consecuencias de la guerra (1-4) convencieron a la directiva de que era necesario un relevo. El equipo sólo había ganado un partido en las cinco primeras jornadas del campeonato de la regularidad.

Técnico predestinado. También hay que tener en cuenta otro factor a la hora de valorar el despido de Tedesco: en ese momento, Marco Rose estaba libre. Y quizá si el club se demoraba en la toma de la decisión dejaría de estarlo. Por muchos motivos, Rose era idóneo para el cargo. Nacido en Leipzig, había trabajado ya para el conglomerado futbolístico de Red Bull en Salzburgo durante seis temporadas: allí ganó la Youth League con el equipo juvenil en 2017 y la liga austriaca con el primer equipo en 2018 y en 2019, alcanzando también las semifinales de la Europa League en su primer curso y cayendo en cuartos de final el año siguiente. Conoce, por lo tanto, la filosofía futbolística del grupo: la presión alta, los ritmos vertiginosos, las transiciones veloces y la activación permanente. Su carrera alcanzó una nueva dimensión en Mönchengladbach, clasificando al Borussia para la Champions League y superando la fase de grupos. De ahí se fue a Dortmund, donde sólo duró una temporada pese a acabar la liga en segunda posición. Las eliminaciones europeas ante el Sporting de Portugal en la Champions y frente al Rangers en la Europa League le hicieron daño, así como la sorprendente derrota frente al St. Pauli de segunda división en la DFB Pokal. Su gran debe en el conjunto amarillo fue no ser capaz de detener la sangría de goles en contra que caracterizaba al equipo desde hacía años. Fue destituido en mayo, no cogió nada durante el verano y esperó que llegara una oportunidad apetecible. Y finalmente su camino se cruzó con el del Leipzig.

Un estreno prometedor. Como si se tratara de una venganza, Rose debutó en su nuevo banquillo enfrentándose al Dortmund. Ganó por 3-0 y sería probable que repitiera el mismo once ante el Real Madrid en el que será su segundo encuentro. Formó con un 4-2-3-1 en el que Werner jugaba como punta principal, con Szoboszlai por la izquierda y Nkunku por la derecha. El húngaro, que tiene un disparo poderosísimo, fue la figura del partido con un gol y una asistencia. En la media punta, Forsberg entró por el lesionado Dani Olmo, una baja sensible. Rose sorprendió en defensa dándole el lateral derecho al central Simakan ante la ausencia de Klostermann.