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El nuevo plan de Alonso

Si el anuncio de retirada de Sebastian Vettel, cuádruple campeón del mundo, ya supuso una sorpresa el pasado jueves, con el ‘Gran Circo’ congregado en Hungría, el fichaje del bicampeón Fernando Alonso por Aston Martin para ocupar el asiento del alemán, sólo cuatro días después, ha sonado como una bomba de varios megatones en la Fórmula 1. Sobre todo porque aquel mismo día, Alonso decía ante la prensa internacional que “la prioridad” era renovar por Alpine. Todo parecía hecho, o así lo pensaban en el seno de la escudería francesa, cuando el español ha pegado un inesperado volantazo que abre algunos interrogantes de presente y futuro sobre su nuevo plan. Para empezar, es un enigma qué ha podido ver Alonso que no haya visto Vettel en dos años, en un monoplaza que actualmente se ubica en la novena posición en el Mundial de constructores, sólo por delante de Williams, cuando el proyecto de Renault figura en la cuarta plaza, sólo por detrás de las tres marcas dominantes. Si lo que quiere es “volver a ganar”, como ha asegurado, no se erige como el principal candidato.

Aston Martin puede crecer, ese margen sí hay que darle, porque además del glamour que evoca a James Bond, el grupo del magnate Lawrence Stroll tiene mucho dinero, que ha invertido ya en buenas incorporaciones para la fábrica. Y también a su hijo, Lance Stroll, al volante del otro coche, un detalle que no es menor, porque si la relación con Esteban Ocon ha producido roces, por el presunto trato de favor, su nuevo compañero recibirá incluso más mimos. Eso sí: será más fácil de batir en la pista. Aston Martin gana en la operación a un campeón carismático. Lo que gana Alonso, al margen del contrato más largo y suculento, está por ver, pero ahora mismo no genera ilusión. ¿Y Alpine? Pues pierde al hijo pródigo, al único que le ha dado títulos, pero ya con 41 años. Si de verdad quería renovarle, igual no hizo lo suficiente. O quizá no lo quería tanto.