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Delanteros de seis pies

Actualizado a

Marco Asensio no parece estar listo para decir adiós al que ha sido su club durante siete años. Como tampoco lo estaban Messi o Sergio Ramos. Ninguno de ellos quería irse, pero su tiempo había terminado. Tras su marcha así les fue: lesiones, pocos minutos y pocos goles. Ya dicen que lejos del Bernabéu y del Camp Nou hace mucho frío y se reparten menos Balones de Oro, a menos que te llames Leo Messi. El Madrid iba a construirse en torno a Mbappé y el Barça alrededor de Ansu Fati. Y así no han ido las cosas.

El fútbol ha cambiado. Los clubes todavía se están recuperando del impacto económico de la pandemia y no pueden permitirse gastar grandes cantidades de dinero en fichajazos. Por eso, este verano es un mercado low cost, o incluso gratis si puede ser. Atrás quedan los grandes traspasos y los estratosféricos salarios. Los agentes libres Rüdiger, Pogba, Dembélé, Luis Suárez, Di María, Isco, Bale o Marcelo se han asegurado una cuantiosa prima por fichar por un equipo. Por eso, no es de extrañar que algunos jugadores no renueven cuando les queda un año de contrato y que además prefieran contratos cortos en lugar de ligarse mucho tiempo a un club.

Como Mbappé, que se ha llevado 300 millones de euros de prima, o Dembélé que pide al Barça no menos de 30 millones por renovar. El caso de Dybala llama la atención. Hace un par de temporadas era deseado por Barcelona, Real Madrid, Manchester United y Tottenham. Ahora solo ha recibido una propuesta seria desde fuera de Italia, la del Sevilla. O sea, uno de los mejores delanteros del mundo está a la venta a coste cero y no le interesa a casi nadie. El caso de Mané es diferente. Un jugador que cambia un club de los grandes por otro. Durante seis años lo ha ganado todo con el Liverpool y ahora quiere probar algo nuevo en el Bayern Múnich, sabiendo que tiene opciones de Champions y un mejor salario que en Anfield.

Sin acritud. Todos contentos. Haaland, 1,95 metros y Darwin Núñez, 1,88, han demostrado que los delanteros especialistas como ellos son necesarios. Alguien tiene que marcar los goles si los falsos nueves buenos para todo cómo Mané, De Bruyne y Sterling no lo hacen. Si tanto City como Liverpool han gastado y bastante en ellos por algo será. Tampoco había mucho donde elegir. Ya lo dijo Arsène Wenger: “Las academias ya no fabrican delanteros. Solo en América del Sur, esa posición todavía se está perfeccionando en la calle”.

Y es que, a la generación de Lewandowski, Benzema y Luis Suárez, todos con más de 30 años, les queda ya muy poco. Así que, si Haaland y Núñez están de moda y no queremos que el nueve se extinga, las academias deberán ponerse las pilas y volver a producirlos. Tal vez estemos en el comienzo de una nueva era.