Camavinga, ejemplo para Mbappé

El Madrid cocinó el fichaje de Camavinga a fuego lento. Aún tenía 17 añitos cuando Juni Calafat se puso en contacto con su familia por primera vez. En los meses siguientes, Eduardo batió varios rércods de precocidad no sólo con el Rennes, también con Francia. Su deseo de fichar por el Madrid era tan fuerte que no dudó en dejar a su agente de siempre, Moussa Sissokó (el mismo que el del barcelonista Dembélé) para fichar por Stellar Group. Pensó que así tendría más opciones de completar el ansiado traspaso. Todo quedó en manos de Joshua, el hijo de Jonathan Barnett, y fue él quien mantuvo la calma aguantando ofertas importantísimas de la Premier hasta que el Madrid se decidió a ficharle ya al final del mercado.

Pues sí. Camavinga está perdiendo dinero por jugar en el Madrid. Mbappé no puede decir lo mismo. El chaval nació en un campo de refugiados angoleño y está hecho de otra pasta. Sus padres son refugiados de la guerra del Congo. Ha visto cómo han trabajado de sol a sol en un país extraño, Francia, para sacar adelante a cinco hijos y cómo un incendio devastó la vivienda familiar dejando a todos sin nada cuando empezaban a construir una nueva vida. Camavinga sabe lo que son las dificultades y no parará de trabajar hasta ver cumplido su sueño de ser importante en el Madrid.