Apagón en Zorrilla y graciosillo en Tordesillas
A la espera de que se confirme la venta del Real Valladolid, el partido del Barça no levanta el interés habitual, mientras el Atlético Tordesillas mete la pata.
Al hilo del apagón de ayer, estamos en semana de apagón futbolístico en Valladolid. El descenso confirmado en Sevilla el jueves pasado ha dado paso a un bajón de ánimo generalizado que está logrando que el partido del próximo sábado ante el Barcelona esté pasando, prácticamente, desapercibido. Incluso a nivel nacional porque mañana tiene que jugar el conjunto azulgrana su compromiso europeo ante el Inter de Milán. Por eso, podemos afirmar con seguridad que el Real Valladolid-Barcelona del próximo sábado es el partido ante los catalanes que menos interés ha despertado en la ciudad y la provincia, probablemente, de la historia. Es el justo castigo a la peor temporada de los blanquivioletas que se recuerda. Ya da igual que gane o no gane, que sume o que deje de sumar puntos. Con tal de que no hagan demasiado el ridículo los de Álvaro Rubio irán bien servidos. Suerte tienen que los del Barcelona estarán pensando más en la vuelta con el Inter que en golear en Zorrilla. Faena de aliño, los puntos para los de Flick y asunto concluido. El partido no tendrá más historia.
Y es una pena que se haya llegado a tal situación, pero esa indiferencia es lo mínimo que se merecen un presidente, unos jugadores y un técnico que no han sabido estar a la altura de las circunstancias. Y un club que sigue estando en estado vegetativo a la espera de acontecimientos. Y el principal de ellos, evidentemente, debe ser el anuncio de la venta del club. Urge cada vez más que se aclare el futuro para que quien vaya a venir marque cuanto antes la hoja de ruta. Con las cláusulas de confidencialidad firmadas, se está a la espera de que concluyan los plazos para que el posible comprador confirme la compra y firme el contrato. El peligro es que se eche para atrás y Ronaldo tenga que volver a la casilla de salida. Ese es el riesgo mayor ahora.
Y mientras el estado de ánimo blanquivioleta está bajo mínimos, como demostró hasta la mascota en su espectacular carrera en la que acabó última, algunos aprovechan para demostrar su originalidad. Me refiero al Atlético Tordesillas, club que está trabajando fenomenal y que está luchando mano a mano con el Astorga para ascender de categoría. En una iniciativa presentada invita a los abonados del Real Valladolid a su estadio para el encuentro del próximo domingo ante el Villaralbo. Hasta ahí todo perfecto. El problema aparece cuando en la nota publicada ironizan sobre los jugadores que no se pegan en clara alusión al incidente de Luis Pérez con Latasa. Sinceramente, se lo podían haber ahorrado. Si el objetivo es dar la nota y llamar la atención ya lo han conseguido aun a costa de poder haber molestado a quien se sintió avergonzado por el comportamiento de los futbolistas del Real Valladolid. Regodearse con un problema de otro no está bien. En Tordesillas alguien quiso ser gracioso y se quedó simplemente en graciosillo inoportuno. Por mucha repercusión que haya tenido, hay que saber hasta donde se puede llegar.
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