Alcaraz aplaca la crisis del tenis
El adjetivo ‘peor’ ha tomado relevancia este año asociado al tenis nacional. Lo leímos en un titular de AS durante el primer Grand Slam, el Open de Australia: ‘Dos españoles en la tercera ronda, la peor cifra en 25 años’. Y lo hemos vuelto a leer agravado en el segundo, Roland Garros: ‘El tenis español toca fondo en París: peor rendimiento en 41 años’. El primer grande lo comenzaron 11 jugadores. El segundo, 14. Y en ambos casos, los dos supervivientes de la criba fueron los mismos: Carlos Alcaraz y Paula Badosa. Ella progresa en el duro camino de recuperación de su lesión de espalda y ha ofrecido un buen tono hasta que sucumbió en tercera ronda ante la número dos, Aryna Sabalenka. Él sigue con pie firme y este martes disputará los cuartos ante Stefanos Tsitsipas, un hueso. Carlitos podría incluso levantar la Copa de Mosqueteros el domingo, es uno de los favoritos, pero ni siquiera esa victoria taparía la realidad coral del tenis español, que ha caído en horas bajas. Como tampoco se tapa con su triunfo en Indian Wells, el único torneo ganado este curso.
Hay varios motivos que lo explican. A la cabeza está el titubeante rumbo de Rafa Nadal hacia su retirada. Luego tenemos la jubilación de algunos ilustres: Garbiñe Muguruza, Feliciano López, Carla Suárez, Tommy Robredo… La alta edad de otros: Fernando Verdasco, Roberto Bautista, Albert Ramos… Las lesiones: Pablo Carreño… Eran tenistas que conquistaban torneos y avanzaban rondas en los grandes. Hoy no existe ese perfil. Detrás, nadie toma el relevo de la clase media. Álex Davidovich era el más señalado, pero no encuentra su punto de ebullición. A este panorama hay que añadir que los más jóvenes, Alcaraz al margen, no terminan de eclosionar: Daniel Rincón, Pablo Llamas, Daniel Mérida, Martín Landaluce, Ane Mintegi, Ariana Geerlings… Hay que esperar, pero el escenario no pinta bien. En plena travesía por el desierto.