A Carlitos le crecen los rivales

El primer Masters 1.000 de la temporada 2025 tuvo un ganador tan inesperado como merecido: el británico Jack Draper. El tiempo dirá si es flor de un día, el producto de una racha puntual, o estamos ante el punto de inflexión de un talentoso tenista que ha llegado para quedarse entre los mejores. Así, como primer impulso, parece que está más cerca de la eclosión. Y que si todavía no había logrado una gran victoria hasta que ha levantado el trofeo en Indian Wells, o no había pujado por ella, era por culpa de un físico frágil que ha frenado su carrera a menudo. Desde 2022 se ha retirado en siete partidos, el último frente a Carlos Alcaraz en el Open de Australia. Cuando el cuerpo acompaña, Draper es capaz de alcanzar las semifinales del pasado US Open, donde sucumbió ante Jannik Sinner, de alzar los títulos de Viena y Stuttgart en 2024, de jugar la última final de Doha frente a Andrei Rublev, o de tumbar al propio Alcaraz el sábado en California.

El inglés nació el mismo año que Sinner, en 2001, así que está en edad de hacerse un hueco en lo más alto. De momento, su título del domingo le aúpa a la séptima plaza de la clasificación mundial, con el top-5 a tiro. Su triunfo tiene otra lectura en clave española. A Carlitos le crecen los rivales. La era que parecía destinada a compartir con Sinner, como demuestra el reparto de Grand Slams del último curso, dos para cada uno, puede tener nuevos invitados. Hace unas semanas llamaba a la puerta João Fonseca, un jugador de 18 años que rebosa clase, pero aún por hacer. Y ahora aparece con fuerza este Draper en una situación de mayor madurez, con 23. En el circuito ATP no hay relajación posible. El crecimiento se consigue día a día. A veces, muchas veces, es incluso más difícil mantenerse que llegar. Y nunca hay respiro: esta semana empieza Miami.

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