Semana de Pasión
Desde el martes de Semana Santa hasta el Lunes de Pascua vivimos siete días apasionantes de fútbol. Aquel martes, el Real Madrid recibía en el Bernabéu al campeón de Europa, el Chelsea. En Londres el resultado había sido muy bueno, 1-3, y la vuelta parecía plácida, pero era Semana de Pasión. Con 0-3, a 15 minutos del final, el Madrid parecía eliminado, aunque Modric, con la magia de ese pase con el exterior, y Rodrygo (lo digo una vez más: buen futbolista) nos llevaron a la prórroga. Al final de los 90 minutos había otra buenísima noticia, que corría de boca en boca por el estadio: el Villarreal había empatado y apeaba al todo poderoso Bayern. Y Benzema, el que para muchos no tenía gol, marcó su cuarto en esa eliminatoria, provocando que muchos antimadridistas que se habían revolcado abrazándose (hay imágenes que lo atestiguan) quedaran en shock, balbuceantes, durante horas. El miércoles, algunos jugadores del Atleti olvidaron que la bronca, la provocación y la tangana perjudican a tu equipo cuando vas perdiendo en la eliminatoria. Una pena que no eliminaran al Manchester City.
El Jueves Santo, el equipo que tiene obligación de ganar jugando bien quedaba eliminado por el décimo clasificado de la liga alemana, que ganó en el Camp Nou, y encima vistiendo de blanco, en el torneo que corona al decimoséptimo equipo de Europa. El presidente, que tiene ganas de volver a ver al Madrid (quizá la temporada que viene), pedía explicaciones al ver a 30.000 aficionados del Eintracht. No había mucho misterio, el club vendió las entradas con el conocido criterio de "la pela es la pela", venga de donde venga. La eliminación de los culés tenía consuelo, no era la Champions, y así podrían darlo todo en la Liga.
El Madrid estaba a tiro: "Tenemos un partido menos y si ganamos los tres de la próxima semana y el Madrid pierde en Sevilla nos pondremos a tres, cuatro o seis puntos, dependiendo de lo que haga el Madrid en Pamplona". El Domingo de Resurrección, el Madrid ganó en Nervión, con Rodrygo otra vez iniciando la remontada. Y el Lunes de Pascua se oyó en el cielo a Manolo Santander: "Me han dicho que el amarillo… ratatatata, ratatatata…". El Barça ganó en San Sebastián sin jugar bien, pero con Ter Stegen, y está solo a 15 puntos del líder, el Madrid, pero… con un partido menos.