El Hall of Fame te hace eterno
El Hall of Fame es un homenaje al recuerdo, un tributo a cada escalón de la historia, una mirada atrás para entender el presente, trocitos de nuestras vidas… Este Hall of Fame, el del baloncesto español, nació como un proyecto ilusionante de la FEB, ofrecido al diario AS para hacer el camino juntos. La primera promoción se eligió en noviembre de 2019, pero su puesta en escena, la ceremonia de ingreso, quedó aplazada sin fecha por el duro golpe de la pandemia, igual que tantas otras cosas. Sevilla, por fin, pudo albergar la primera edición en octubre de 2021, casi dos años después, en un acto entrañable que hizo justicia a varias generaciones de la canasta: Ferrándiz, Emiliano, Corbalán, Epi, Navarro, Amaya Valdemoro, Sabonis, María Planas, las campeonas de Europa de 1993, Ramón Trecet… Y a la memoria de los que ya no están: Díaz-Miguel, Andrés Montes, Fernando Martín… Aquella misma noche, después del acto, me topé con Jorge Garbajosa en el hotel, con cara de enorme satisfacción. “Esto es lo mejor que hemos hecho”, me dijo con regocijo. El Hall of Fame llega al corazón.
El virus lo ralentizó durante un tiempo, pero ha regresado con más fuerza, con la misma vocación de eternidad. Ya es imparable. Este jueves, otra vez en la redacción de AS, se eligió la segunda promoción. La nueva clase es otro torrente romántico de calidad: Luyk, Buscató, Blanca Ares, Elisa Aguilar, Calderón, Lolo Sainz, Oscar Schmidt, Aíto, Semenova, los subcampeones olímpicos de Los Angeles 1984, Pedro Barthe… Y los ‘in memoriam’: Saporta, Segura de Luna, Héctor Quiroga… Quiero detenerme aquí en la figura de Javier Imbroda. Hace seis meses, el exseleccionador nos acompañaba en la gala de La Cartuja en sus funciones de consejero de Andalucía. La vida no le ha permitido disfrutar de la segunda, pero siempre formará parte de este huracán de recuerdos. El Hall of Fame te hace inmortal.