Abuelo, cuéntame la de los alemanes

Una cosa es hacer historia y otra, muy distinta, formar parte de ella. Una cosa es ser parte de algo gordo y la otra ser el protagonista. Una cosa es estar en los libros y otra, tener uno propio. Eso es lo que está logrando el Villarreal estos últimos años, ya que ahora mismo su historia es ya una de esas que merecen ser recordadas en el tiempo. Desde hace un tiempo la del equipo de Roig era una historia bonita, pero con un final previsible. Los amarillos rondaban el premio, pero se quedaban siempre con la sensación de ser un punto inferior. Siempre el mismo desenlace para un equipo que lo hacía casi todo bien. Era duro vivir así.

Ganar la Europa League ante el Manchester United ya fue un paso de gigante. Pero lo de Múnich ya es otra película, ya es dar el paso definitivo. Los de Emery acaban de decirle al mundo que el fútbol es grande por cosas como las de anoche en el Allianz Arena, por hazañas como las del equipo amarillo. Cuando pase el tiempo y la gente del fútbol recuerden aquellas cosas que les hicieron amarlo de verdad, una de esas será la historia de un equipo de pueblo que se merendó al todopoderoso monstruo alemán, al seis veces campeón de Europa. El Villarreal ya tiene su gran noche, la que le contarán los abuelos a sus nietos, las que el tiempo no puede borrar. El pase a semifinales, 16 años después, jamás se olvidará en la ciudad amarilla.