¿De verdad tratan de llenar Zorrilla?
La manida maratón de la que habla Pacheta desde el principio de temporada también podría ser una vuelta ciclista y al Real Valladolid le restarían siete etapas, casi todas de montaña, algunas de ellas de categoría especial como Almería, la más inmediata, e Ipurua con el Eibar esperando. Pero desdeñar el resto de tramos es cuanto menos osado, ya que esa supuesta media montaña se puede convertir en una trampa; las rampas que pueden plantear equipos como Ibiza (que le pregunten al equipo de Garitano el domingo) o Anduva con el Mirandés enrachado, pueden hacerse muy largas y convertirse en auténticas arenas movedizas de las que puede costar salir. La lección que recibieron en Málaga no debe tomarse con autocomplacencia por el empate logrado al final, sino más bien debe ser un aviso de que aquí el más tonto hace relojes y los más listos no deben descuidarse ni un solo momento.
Esa primera parada en Zorrilla con el Almería como rival, puede definir buena parte del futuro, pero en modo alguno será definitivo. Los propios jugadores, léase Roque Mesa, tras el partido en La Rosaleda, pidieron que Zorrilla se llenara y es una cuestión que oiremos repetida durante la semana más de una vez. Siento decirlo, pero creo que el club se ha equivocado en su maniobra para llenar el estadio. La propuesta de facilitar a los abonados un pack (o dos) de cuatro partidos a mitad de precio me parece un error, ya que de lo que se trata es de abarrotar el estadio ante el Almería y luego, como dice aquel, partido a partido, irán llegando nuevas finales, pero hay que empezar por la primera. Si algo ha demostrado el equipo directivo de Ronaldo es que tiene cintura y sabe rectificar sobre la marcha. Esta oferta más parece un brindis al sol, un gesto a la galería, que una opción real de llenar Zorrilla. Hay muchas cosas en contra, por ejemplo la imposibilidad de vender una entrada para partidos de los que no sabes el horario.
El Real Valladolid tiene 18.000 abonados y esta campaña apenas se han superado los 15.000 en algún partido. Empezar por convocar a los 18.000 y que esos traigan a bajo precio (entre 5 y 10 euros como máximo) a sus invitados sería una buena medida que ya ha funcionado otras veces. Con el modelo actual parece que los abonados son meros recaudadores de fondos, vendiendo cuatro partidos como aquel que no le queda otra que vender papeletas de sorteo de Navidad para financiar el viaje de fin de curso de su hijo y termina quedándose con la mayoría. Dicho todo esto, es sólo una opinión, ya que seguramente los que han propuesto esta iniciativa tienen más datos que la fundamenten y además los aficionados son tan sorprendentes que pueden llenar Zorrilla al final.