Rahm ya no es el número uno

La semana no empezó bien para el deporte español, pero tiene remedio. O eso esperamos. El pasado lunes, Jon Rahm dejó de aparecer en el ranking como número uno mundial, después de 43 semanas al frente, 36 de ellas consecutivas. Este año ha estado salvando el liderato en varios torneos ante el acoso de Collin Morikawa y Viktor Hovland, pero finalmente ha sido otro jugador, Scottie Scheffler, quien ha adelantado a todos como un rayo, veloz y reluciente, para convertirse en el nuevo rey del golf y en el sexto más joven, a sus 25 años. Scheffler lleva un mes y medio mágico. Después de 70 torneos en el PGA Tour sin conocer la victoria, se impuso en Phoenix el 13 de febrero, lo que le metió en el top-10 del escalafón por primera vez; luego repitió éxito en el Arnold Palmer, el 5 de marzo, y este último domingo se coronó en el Mundial Match Play, en Texas. El emergente estadounidense le ha cogido el gusto a ganar. Y con esta imponente racha, y el viento a favor, llegará como máximo favorito la próxima semana al Masters de Augusta, el primer Major de la temporada.

El mismo brillo que proyecta Scheffler lo ha ido perdiendo Rahm en el presente 2022. Ha luchado por victorias, segundo en el Sentry y tercero en el Farmers, pero también ha ofrecido imágenes inusuales en él, como el quíntuple bogey y el 55º puesto en The Players. El vasco arrastra muchas emociones desde 2020: su paternidad, su primer triunfo en un grande, sus dos positivos por coronavirus, su ausencia en los Juegos Olímpicos… El año pasado, después de no pasar el corte en Valderrama, se confesó saturado: “Es la primera vez en mi vida que no quiero ver un palo de golf”. Y paró un par de meses para limpiar la mente. Es posible que la defensa del uno haya añadido más lastre a su recuperación, que es de juego, pero sobre todo anímica. Una vez liberado de esa carga, quizá resurja… ¿En Augusta?