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Las Honda tienen buena pinta

El Mundial de motociclismo arrancó este domingo en Losail sin triunfos españoles en ninguna categoría. Los habrá, esto es muy largo. De hecho, este Campeonato de 2022 es más largo que nunca: 21 carreras. Queda tanto por delante, que el primer Gran Premio de Qatar se debe tomar únicamente como un punto de partida, y las conclusiones hay que cogerlas todavía con pinzas. Enea Bastianini, campeón en Moto2 en 2020, logró una emotiva victoria en MotoGP en honor de Fausto Gresini, el alma de su equipo, fallecido el año pasado por coronavirus. Lo más llamativo de su victoria fue que lo hizo con una Ducati satélite, con el modelo de 2021, mientras que las oficiales cayeron de una en una a un pozo del que se presupone que tendrán que salir en citas venideras. El mismo pozo que surcó la Yamaha del defensor del título, Fabio Quartararo. La cara más amable la protagonizaron Brad Binder, segundo con KTM, y Aleix Espargaró, cuarto con Aprilia, más arriba de lo esperado. Las Suzuki de Joan Mir y Álex Rins todavía tienen proyección. Y luego están las Honda, un capítulo aparte…

Pol Espargaró lideró durante 17 vueltas, casi 18, y sólo cedió ante Bastianini cuando le abandonó su neumático trasero, para acabar en el tercer peldaño del podio. Marc Márquez, en plena adaptación a la montura y después de una pretemporada más dubitativa, terminó quinto. La sensación, que habrá que confirmar en futuros grandes premios, es que la Honda sí será competitiva este curso, después de los titubeos de los últimos tiempos, en los que sólo Marc, por su talento innato, se adaptaba a la máquina. En cualquier caso, todavía falta mucha tralla por delante. La próxima carrera será el 20 de marzo, en Indonesia. Y seguramente nos trasmitirá otras vibraciones. Porque quizá la principal conclusión de Qatar es que estamos ante un Mundial de igualdad y alternativas… Veremos.