¿De qué juega Medina Cantalejo?
De todas las polémicas del fútbol, la arbitral es la más prescindible. Entiendo que es parte del show, que para que esto sea masivo, no basta con hablar del bloque bajo pero siempre me han sorprendido esas previas clásicas de radio: "Temperatura ideal para la práctica del deporte rey, arbitra Fulanito de tal del colegio leonés". ¿De verdad hay aficionados pendientes de la procedencia del árbitro? A veces hasta se añade su profesión: policía (muy común). Y acorde a los tiempos modernos ahora los árbitros quieren también ser estrellas mediáticas. Y dan incluso ruedas de prensa para pedir mesura en el bar de borrachos de Twitter.
Si mando este párrafo a alguno de los grupos de WhatsApp de mis equipos puede que reciba todo tipo de mofas. Porque sí, soy algo broncas. El ojo inyectado en sangre y un grito que retumba en el vacío de un campo sin gradas: "¿Qué pitas?". Siempre he tenido problemas con la autoridad, o más bien con el autoritarismo. No soporto a ese policía de Airbag que da toquecitos en la puerta para pedir los pa pe les. Y en el arbitraje, el amateur y el profesional, abunda ese talante. Ese pechito hinchado al sacar la tarjeta. Esa bronquina y multita. No puedo, no puedo…
La rueda de prensa del presidente de los árbitros, Luis Medina Cantalejo, recuerda a esos profesores de instituto que pierden los papeles y se mezclan en las discusiones de los adolescentes. ¿De verdad un árbitro tiene que pedir a los clubes respeto en Twitter? Medina dijo que lo importante son consecuencias en el fútbol base. Incluso denunció haber recibido amenazas a sus hijos. De verdad, le entiendo, pero yo me creí eso que contaba Michael Robinson de que los árbitros en Inglaterra iban de verde para pasar desapercibidos. Ahora van de rosa o amarillo e incluso tienen patrocinadores propios. Propongo algo, mantengámoslos en el anonimato. Que nadie sepa que pita Mateu Lahoz o Condón Uriz. Como si no existieran. Así no me acordaría de que Medina Cantalejo fue el culpable de que Zidane fuera expulsado en su último partido por darle un merecido cabezazo a Materazzi. Ya te vale Medina.