El estímulo ofensivo de William Carvalho y el arte perdido
El paso adelante
En algunos momentos William Carvalho (29 años) se sintió un cuerpo extraño en el Betis. Las expectativas que despertaba un futbolista de su calibre no se terminaban de cumplir. Empezó bien con Setién, decayó con Rubi y tuvo un pequeño tira y afloja con Pellegrini que le ha servido para afianzar al fin su trascendencia. La semana del centrocampista, con goles de bandera al Rayo en la Copa y al Levante en la Liga, confirmó su novedoso peso en el engranaje ofensivo del Betis, decisiva esta cuestión en la mejoría individual del jugador portugués. Carvalho asegura la precisión en el pase (94% ante el Levante con 46 entregas en campo contrario), facilita la comunicación con Fekir, el ahora ausente Canales o Borja Iglesias y asoma con contundencia arriba (dos toques más en el área rival por partido). En lo que se llevamos de año natural, ha participado en seis goles. Solo Nkunku (Leipzig) y Olise (Crystal Palace) figuran por delante entre los centrocampistas de las cinco grandes ligas.
Cinco goles son muy poco
Para la competición el Levante-Betis no fue un partido más. Se pudo ver un gol de Fekir de libre directo, fórmula que está en peligro de extinción. Apenas se han marcado cinco goles de falta este curso, con Íñigo Pérez (Osasuna), Muniain (Athletic) y Oyarzabal e Isak (Real Sociedad) como los autores previos a Fekir. Es la cifra más baja en mucho tiempo, muy lejos de los 53 con los que se cerró la 2005-06, aunque en la línea de los pobres números de la campaña anterior (15). La tendencia descendente se consolida y se añora la aportación de jugadores ya retirados o en otras ligas como Messi (39 goles de libre directo en la Liga), Cristiano (20), Beñat (11), Arango y Duda (9). El abandono de los especialistas, la búsqueda de nuevas estrategias en el balón parado y el engrosamiento de las barreras, con jugadores incluso por los suelos, apuntan a ser los motivos del declive de un arte que se está perdiendo.
Conductor de primera
La faena de perseguidor nunca es sencilla si no se cree en ella. Hasta la fecha, el Sevilla no le pierde la cara a su imprevista condición, pese a que cada punto, ya no las victorias, le cuesta lo suyo. La visita del Elche fue solventada con un golpe de talento del Papu Gómez (33 años). La libertad de movimientos que le ha concedido Lopetegui marcó las diferencias con una jugada imaginativa que descorchó la calidad del argentino en la conducción (sexta acción de este tipo que finaliza en remate esta temporada). Con la pelota pegada a su bota, sirviéndose de los desmarques de arrastre de Acuña y Martial, Papu impuso el triunfo de un Sevilla que camina más cerca del Madrid.
El dominio posicional
No hubo combate en Vallecas, afectada por la división. Osasuna desmontó al Rayo con su propuesta estajanovista, directa y madura que tan bien le hace. El equipo de Arrasate trasladó el juego al campo rayista, conectó por los aires con Budimir para que descargara el balón y ahogó la salida de los de Iraola (18 recuperaciones en terreno rival). Se jugó a lo que quiso Osasuna y dónde quiso Osasuna, el conjunto que más tiempo tiene su posesión en campo contrario (más del 35,5%) y uno de los que más metros gana por pase, con más de 19, según datos de Beyond Stats, proveedor de LaLiga. Fue una actuación de diez de un equipo inmune a la fatiga.