La Quinta del Buitre ayudó a modernizar el fútbol español

Igual que el hombre pisó la Luna en 1969, que las primeras vitrocerámicas de las cocinas aparecieron en 1973 o que Internet nació en 1983, en esa década de los felices 80 irrumpió en el Bernabéu la generación más importante de la historia de este deporte. La Quinta del Buitre se convirtió en un espejo social y un referente para varias generaciones. Por primera vez se entendió en este país que un jugador podía ser instruido, expresarse sin tirar de topicazos, hacer una carrera, hablar sin decir tacos y jugar al fútbol como los ángeles.

La Quinta posa en Valdebebas

Todo eso lo tenían esos chicos criados en la extinta Ciudad Deportiva. Ilusionaban, fascinaban, jugaban como si estuviesen en el recreo del colegio, vestían con gusto, sonreían cuando se paraban a firmar un autógrafo y enamoraban con su propuesta. Fútbol de ataque, imaginativo, sin semáforos en rojo... En suma, ellos fueron los primeros en crear el verdadero estilo que años después nos hizo conquistar Europa y el Mundo con nuestra Selección, que logró que entre 2008 y 2012 no se pusiese el sol bajo nuestros dominios. Todo empezó con la magia del Buitre en el área, los pases picassianos de Míchel, la zurda de seda de Martín Vázquez, los cruces imperiales de Sanchís o las ratonerías de Pardeza. Su legado dejó huella.