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El grito de Ter Stegen; el señorío de Luuk de Jong

Le dijo Eric Garcia al final del partido a Ricardo Rosety en Movistar que el 70% de la victoria del Barça en Palma (0-1) estaba en la parada de Ter Stegen a última hora. Igual exageró un poco, porque los tres puntos hubieran sido imposibles sin el gol de Luuk de Jong, que se lo había trabajado toda la primera parte. Primero, cuando sacó una gadgeto-pierna y remató al palo; y luego con una tijera de acróbata que se estrelló en el larguero. Lo de Luuk de Jong en Mallorca resultó, sencillamente, admirable. Porque tiene que ser muy duro jugar con la camiseta de un equipo que no te quiere y no salir a pasar el rato. Luuk de Jong se bajó al fango y dio una lección de profesionalidad y señorío. Con tipos así, se puede ir a cualquier parte por la vida. Acierte o se equivoque. Luuk va a poder ir con la cabeza muy alta por Barcelona siempre.

En el fondo, Luuk de Jong fue la imagen del Barça en el partido. Un equipo comprometido en el que Araújo hizo un esfuerzo brutal para adaptarse al lateral izquierdo; Piqué y Eric estuvieron impecables en el centro de la defensa y Mingueza dio pase y medio de gol como lateral. Nadie, tampoco los jóvenes como Nico, Riqui, Ilias o Jutglà, se borraron en una noche que era difíicl por el tsunami de bajas azulgrana. Estos triunfos curten. Y unen. Xavi habló de familia al final del partido.

Pero es cierto que el grito final del partido fue de Ter Stegen. Esa demostración de rabia y ese abrazo de Piqué demuestran lo que luego Xavi desveló en la rueda de prensa posterior al partido. Le falta confianza. El alemán se ve en un momento bajo de forma, pero esta vez le salvó la intuición. La parada resultó estética y espectacular, y le salvó el resultado al Barça. Pero no esconde problemas de fondo de un portero que se hace muy pequeño en el balón parado rival y que necesita recuperar la autoridad que algún día tuvo. En Palma sacó con ese grito mucho de lo que tenía dentro. Pero sus mejores días como portero aún quedan lejos.