Esperanza con Hazard

Después de meses desaparecido, en los que hasta desde dentro del club se había tirado la toalla con él, la actuación de Hazard en la segunda parte ante el Cádiz ha encendido una llama de ilusión en la recuperación del futbolista. El abismo en el que había caído el belga en los últimos dos años, con actuaciones anodinas en las que se mostraba como un jugador menor, intrascendente en el juego e incapaz de competir al máximo nivel, hacía presagiar un final de su carrera acelerado.

Se había llegado al punto en el que ni siquiera había indignación con su rendimiento. Por muchas voces que hablaran de su falta de profesionalidad y ausencia de ambición en los entrenamientos, lo que transmitía la situación era pena al ver como un futbolista de su nivel podía dejarse ir lastrado por el recuerdo de una lesión que parecía no superar. Hazard ya no contaba, ni para el presente ni para el futuro.

Los primeros cuarenta y cinco minutos del domingo abundaron en ese panorama. Arrimado a la banda derecha el futbolista pareció igual de tímido que en sus últimas apariciones, como si cada disputa de balón, cada regate o cada cambio de ritmo que intentaba fueran un riesgo que no era capaz de afrontar con seguridad.

A la vuelta del vestuario algo cambió y no sólo fue la posición en el campo: se volvió a ver un futbolista vertical, mostrando su talento rodeado de contrarios, atreviéndose en el regate y en la llegada al área. Esos minutos deben ser su guía para lo que viene y, si sigue así, Eden puede ser el mejor refuerzo de invierno para un equipo que lo va a necesitar.