El Balón de Oro, Messi y Benzema
Algún tiempo, el Balón de Oro animaba las conversaciones de los aficionados sólo en estas fechas. Cuando se conocía, se discutía durante dos o tres días y luego apenas salía. Hace un tiempo que no es así, sobre todo en España. No sólo en España, pero sobre todo aquí, donde se ha convertido en un frente más en la rivalidad Madrid-Barcelona. El larguísimo pulso entre Cristiano y Messi ha hecho de esta elección algo que excita la sensibilidad de ambas aficiones, y así vemos hoy al madridismo afectado porque no lo haya ganado Benzema y casi más aún porque lo haya ganado Messi, al que las rayas del Barça se le ven más que las del PSG.
Personalmente voté a Benzema y me extraña que sólo haya sido cuarto. Ha hecho un año magnífico, incluido este trimestre de arranque de la 21-22. Líder y goleador del Madrid, tiene embrujo y continuidad. Y resolvió la semifinal y la final de la Nations League con sendos goles de gran mérito. Ese título es suyo. Pero la Nations League no está aún en el imaginario colectivo como algo serio (para mí lo es) y sí la Copa América, que por fin conquistó Messi. Pero ganar la Copa América es ganar a Brasil. Los demás son, hoy día, muy poco. Ya vemos a Brasil y Argentina clasificadas para el Mundial de Qatar a falta de cinco partidos…
Lo que me consta, porque estoy ahí, es que se trata de una votación limpia, sin presiones ni siquiera insinuaciones, imposible de trucar dado que France Football publica las votaciones de todos y cualquiera puede sumarlas hoy. Y los criterios son claros, contra lo que se cree: 1) Rendimiento individual y colectivo durante el año. 2) Clase y ‘fair play’. 3) Carrera del jugador. En año de pocas diferencias entre los mejores, es obvio que a Messi le ha ayudado la inercia adquirida. En todo caso, me alegra ver la salud del Balón de Oro, tan deseado y discutido al cabo de los años, y después de sufrir serios intentos de asalto de la FIFA. El secreto es su credibilidad.