El descanso del guerrero Rahm
Collin Morikawa, el vigente campeón del Abierto Británico, se convirtió el pasado domingo en el primer estadounidense que conquista la Orden de Mérito Europea, denominada actualmente Race to Dubai, tras ganar el último torneo, el DP World Tour Championship, en los Emiratos Árabes. Entre sus opositores no estuvo Jon Rahm, que decidió prolongar su descanso y dedicarle más tiempo a la familia. El de Barrika tenía una gran oportunidad para coronarse por segunda vez en el golf continental, como ya hizo hace dos cursos. Iba tercero en la clasificación, y le bastaba un segundo o un tercer puesto para imponerse. Ni siquiera ese caramelo le convenció. Rahm ha pasado una temporada durísima, en lo deportivo y lo personal, y ha acabado saturado, como confesó a mediados de octubre en Valderrama, cuando no fue capaz de superar el corte en el Andalucía Masters: "Es la primera vez en mi vida que no quiero ver un palo de golf". El vasco dejó entreabierta la puerta de Dubái, pero luego la cerró de un portazo. El guerrero Rahmbo necesita reposo, sobre todo mental.
El año ha sido productivo para Rahm, con bellos momentos, pero también intenso y, en algunos casos, estresante. En 2021 ha jugado casi una treintena de torneos, entre otros la dolorosa Ryder Cup; ha conquistado su primer major, el US Open; ha ocupado el número uno mundial durante 26 semanas; ha sufrido dos positivos por coronavirus, uno que le impidió ganar The Memorial cuando iba líder y otro que le privó de disputar los Juegos; y también fue padre en abril, su premio principal. Esta rebosante actividad, precedida por el incierto año de la pandemia, le hizo explotar emocionalmente en otoño. No podía más. Rahm volverá posiblemente en enero, ya descansado, con nuevos retos en la mirilla. Entre ellos, un pulso contra el propio Morikawa, quien, a sus 24 años, amenaza su reinado.