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Emery, entre el título de Gdansk y el presente

¿Por qué está el Villarreal tan mal? Porque su nivel en las áreas se sitúa muy por debajo del poderío de su plantilla. Guste o no, hablamos de un equipazo que Roig confeccionó para estabilizarse en las alturas. La lesión de Gerard fue una puñalada, han sobrado regalos y pesa la imprudencia de no sentenciar cuando se debe. Aun así, estos meses han dado para presumir de Yeremy y Danjuma, para repartir internacionalidades y para jugar a ratos muy bien. Sin embargo, curiosamente Emery se escapa de cualquier análisis en esta crisis. Ganar la Europa League es un buen colchón. El curso pasado acabó 7º y en este marcha 12º...

Unai ha tomado decisiones que ya tienen consecuencias. En fichajes ha pinchado con Mandi, como lo hizo con Estupiñán o Kubo. Y en su reparto de minutos ha ido menguando la confianza de varios pilares con los que al final deberá contar. Asenjo y Mario son los más evidentes. De tocar techo a no ver el fondo. Lo de Pedraza y Peña no se entiende. Salen y brillan. A Iborra no le ha encontrado acomodo en su regreso y era clave. Y ojo con Chukwueze y Alcácer: de indiscutibles a meritorios. La rectificación con Moi es el camino. El Villarreal está tan cerca de los octavos de Champions y de resucitar en LaLiga como de la depresión. Barça, Sevilla, Atalanta, Rayo y Real antes de Navidad. Le toca olvidarse de Newcastle y Gdansk y apretar.