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El Pucela tiene prohibido fallar frente al Cartagena

Partido peligroso y propicio para sufrir las consecuencias de no encararlo con la seriedad necesaria. Suena a poco el Cartagena, pero llega con 25 puntos en la tabla y con la posibilidad matemática de que, si gana en Zorrilla, cazará al Real Valladolid en la clasificación. Es verdad que es un equipo que no está obteniendo buenos resultados lejos de su estadio, pero hay que insistir en las complicaciones que puede presentar el partido. Los pucelanos, se quiera o no, juegan con una presión añadida con la que no juegan casi ninguno de sus rivales. La obligatoriedad de ascender, preferentemente de forma directa evitando el playoff, es un asunto del que los de Pacheta no pueden escapar. La plantilla es potente, el límite salarial es el segundo más alto de la categoría. Todo está enfocado esta temporada para conseguir subir. Pero los blanquivioletas juegan ahora más presionados porque han cometido más errores de los previsibles a estas alturas. Necesitan recuperar el terreno perdido y no pueden fallar más. El margen de errores en la primera vuelta se ha terminado. Si el equipo quiere afrontar con garantías la segunda hay que terminar lo más cerca posible de los 40 puntos, es decir, el objetivo debe ser ganar los cuatro partidos que restan antes de Navidad. Por eso, fallar mañana sería otro gran paso atrás.

Pero parto de la base de que el triunfo se quedará en Zorrilla. Lleva ya bastante tiempo jugando muy bien como local el conjunto pucelano y así debe seguir siendo. La previsible baja de El Yamiq será suplida, probablemente, por Javi Sánchez. Kiko Olivas y Queirós han perdido puntos ante los otros tres centrales. Y luego está la baja de Plano que será suplida casi con toda seguridad por Toni Villa. El resto, lo mismo de siempre. Lo que funciona es mejor no tocarlo. Y enfrente un Cartagena en el que destaca Rubén Castro, un goleador con palabras mayúsculas. Cada vez son más los futbolistas que prolongan su carrera sin que su rendimiento vaya descendiendo. Y queda claro que el goleador nace y no se hace. Tener instinto asesino en el área es algo que viene de fábrica y que no se puede comprar en ningún bazar. Y Rubén Castro es de ese tipo de futbolistas, como lo es Yuri, Falcao o lo ha sido Aduriz. Y como lo es Weissman. Son depredadores del gol que necesitan muy poco para marcar y que tienen que estar siempre en el terreno de juego. No hacen nada en 89 minutos y en el 90 te ganan un partido. Son grandes referentes de sus equipos. Cuidado, pues, con Rubén Castro mañana y toda la suerte para Weissman. Ellos son quienes pueden decidir el partido.