Kohfeldt le cambia la cara al Wolfsburgo
Un Wolfsburgo distinto al de la ida. La arriesgada apuesta por Mark van Bommel, elegido en verano para sustituir al técnico que había logrado la clasificación para la Champions, Oliver Glasner, ha tenido poco recorrido en el conjunto de la Baja Sajonia. El exjugador del Barcelona arrancó con mal pie al cometer un error en el número de sustituciones permitidas en un partido de Copa contra el modesto Preussen Münster que le costó la eliminación. Sin embargo, su inicio en la Bundesliga fue positivo: ganó los cuatro primeros encuentros y se situó en cabeza. Pero ese fue su techo. En los siguientes ocho duelos -entre liga y Champions- encadenó tres empates y cinco derrotas, lo que llevó a la directiva a prescindir de sus servicios. El encargado de relevarlo fue Florian Kohfeldt, un joven técnico que se labró una buena reputación por el estilo de su fútbol y por su expresiva personalidad en sus inicios en el Werder Bremen, pero que acabó viviendo una auténtica pesadilla al rozar el descenso en el penúltimo curso y acabar consumándolo en el último. Esos precedentes inmediatos hicieron que la elección se recibiera con cierto escepticismo, pero Kohfeldt ha empezado con buen pie: acumula tres victorias y un empate en sus cuatro primeros compromisos. Los cambios han sido significativos: ha optado por pasar al 3-4-1-2 (o 3-4-2-1) e incluso ha alineado en la línea de tres centrales a jugadores poco acostumbrados a esas posiciones, como Josuha Guilavogui o Kevin Mbabu. Este nuevo sistema le ha permitido juntar en punta a sus dos delanteros más importantes: el altísimo neerlandés Wout Weghorst, que fue el gran goleador de la pasada campaña, y el fichaje más importante del verano, el excantero del Manchester City, Lucas Nmecha. Con Van Bommel era difícil verles a los dos juntos arriba: o uno se quedaba en el banquillo o uno partía desde el costado.
El regreso de Lacroix. Tras perderse los dos últimos partidos de liga por sanción, Kohfeldt recuperará al prometedor central francés de 21 años Maxence Lacroix, considerado como uno de los jugadores más interesantes en su puesto en todo el panorama europeo. El ex del Sochaux, que posee unas condiciones físicas envidiables, no participa en ningún encuentro desde la victoria en Champions frente al Salzburgo el 2 de noviembre. Su recuperación permitirá al entrenador formar con sus tres centrales natos: deberían acompañarle Brooks y Bornauw. Eso desplazaría a Mbabu al carril derecho o incluso al banquillo -dependiendo de la posición en la que el técnico prefiera ubicar al ya internacional con Alemania, Ridle Baku, capaz de actuar en la zona defensiva o como atacante por un costado-.
La ausencia de Casteels. La baja por coronavirus del portero titular supone un gran inconveniente para el Wolfsburgo. El internacional belga ha jugado los diecisiete encuentros oficiales de lo que va de temporada, por lo que todos los demás guardametas de la plantilla están aún sin debutar en el presente ejercicio. La plaza debería ocuparla el que acostumbra a ser su suplente habitual, el austríaco de origen bosnio Pavao Pervan. Tiene 34 años, es muy alto (mide 1.94) y acudió a la última Eurocopa aunque no llegó a jugar. El Wolfsburgo lo firmó hace cuatro años tras verlo destacar en el LASK Linz y desde entonces ha sido el número dos en la portería del conjunto alemán.