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El camino a Qatar de Luis Enrique

Número 12. La clasificación para el Mundial ha dejado de ser una fiesta para la Selección y es una mala cosa porque celebrar, hay que celebrar siempre. Lo de 1994, con Julio Salinas desatado por la pradera de Lansdowne Road; y Fernando Hierro elevándose por encima de Schmeichel en el Sánchez Pizjuán, previo bloqueo imposible de Bakero, fue una juerga colectiva como la había sido el 12-1 de Malta. Sevilla ha pasado épocas mejores y peores como sede talismán por algún desencuentro con Clemente que le costó la sede permanente. Aquel episodio de tensión amenazó con despertarse en la primera fase de la pasada Eurocopa con Luis Enrique, pero hoy no es día de pasar facturas. La Cartuja va a empujar lo que haga falta y bien que la Junta se está esmerando en convertirla en una especie de catedral. El estadio llevaba 30 meses cerrado y desde 2012 no había celebrado ningún evento internacional. De hecho, en sus primeros 20 años de vida había organizado medio evento por año (10). Ahora lleva diez eventos en un año y ha firmado 40 para las próximas temporadas. Una apuesta.

Credibilidad. Que La Cartuja, pues, haga su magia contra Suecia. La Selección cuenta con una ventaja importante. Los jugadores se han creído el mensaje de Luis Enrique hace tiempo. Fue un gusto verla jugar los dos partidos finales de la Nations League y la primera parte contra Grecia. La defensa plantada en el centro del campo. Una propuesta audaz y un equipo agresivo y coral, que no parece por momentos un conglomerado de futbolistas de distintos clubes. Hace tiempo que el vestuario descubrió que, con tres jugadores testimoniales en la lista de 30 finalistas para el Balón de Oro (Azpilicueta, Pedri y Gerard Moreno), la Selección tenía que recuperar la fuerza desde el grupo. Los tiempos (2011) en los que Casillas, Valdés, Puyol, Ramos, Piqué, Cesc, Iniesta, Xavi, Xabi Alonso, Silva, Villa y Fernando Torres estuvieron entre los 55 candidatos al once FIFPro ya son historia. Lo que quieran ser la Selección y los jugadores mundialmente tendrán que ir ganándolo poco a poco, pero el primer paso es hacer camino y el equipo lo ha encontrado a través del juego. Luis Enrique no ha hecho un drama de las ausencias de Ferran Torres y Oyarzabal, los jugadores de moda en la Final Four de la Nations League; o de Pedri, que llevó el volante en la Eurocopa. Se ha inventado a Gavi o De Tomás y a otra cosa. En partidos como hoy, en los que no se puede fallar, si te crees al entrenador empiezas ganando.