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¡Que somos un equipo de Segunda!

En este mismo espacio escribía hace siete días que ya iba siendo hora de que los jugadores del Real Valladolid asimilaran su nueva situación. No toda la culpa y los males del Pucela en este inicio de campeonato vienen de la mano de Pacheta. En este sentido, creo que todos tenemos una parte alícuota de responsabilidad. Todos menos el aficionado del Pucela que respondió en verano acudiendo en masa a renovar su abono y que en el último partido en el estadio tras la dolorosa afrenta de Burgos hizo de tripas corazón para aplaudir y animar a su equipo. Volverán los mismos el domingo al campo con esa predisposición, pero con su paciencia rebosando el vaso.

Y mientras la afición del Real Valladolid demuestra ser de Primera, el equipo evidencia ser uno más de Segunda. Nos hemos llenado la boca, y me pongo en primer lugar, loando a una plantilla considerada como la mejor de la división de plata y a un entrenador que pensábamos era el ideal para recuperar la autoestima, motivar y urdir en el amor propio de los jugadores, pero hasta hoy nada de eso ha llegado.

Sí, Pacheta es el principal responsable, con su discurso exculpa a los jugadores, pero es una evidencia que no están rindiendo tampoco a la altura y al nivel que se les presupone. ¿Por qué?. No lo sabemos. Quizás no han terminado de comprender las ideas del entrenador, o tal vez les esté costando abrazarse a su metodología, o también puede que su mensaje no haya calado aún lo suficiente, o quizás sencillamente que no hayan asimilado que estamos en Segunda.

Debemos ser exigentes con esta plantilla y lo expreso desde un punto de vista crítico y constructivo. Estos jugadores tienen capacidad y calidad para ganar al colista de Segunda independientemente de sistemas y formaciones tácticas. Pero es hora ya de asimilar que estamos en Segunda, olvidar el pasado y mirar hacia adelante.

No es tiempo de estrellas de Hollywood, ¡qué daño hizo aquella frase de Ronaldo!, hoy es tiempo de obreros y jornaleros de la gloria. Así que el domingo ante el Alcorcón a reconstruir y a recolectar.