Pedri y el homenaje del fútbol al olimpismo

Luis Enrique dará mañana su primera lista de convocados de la temporada. En perspectiva está la visita a Suecia, nuestro rival serio en la clasificación para el Mundial de Qatar, que ya va asomando por ahí, pues será en noviembre del año próximo. Dará la lista, decía, y uno de sus fijos, Pedri, está de vacaciones, concesión de su club porque estaba literalmente frito. Revelación del curso pasado, jugó todos los partidos con el Barça menos uno cuando, muy al final, ya sin nada en disputa, le dio descanso Koeman. Luego fue titular en la Eurocopa (sólo se perdió un minuto), estuvo con la olímpica en Tokio y se reincorporó al Barça sin vacaciones.

Después de jugar el primer partido, Koeman, entendiendo que estaba fundido (sobre todo mentalmente, ya en Tokio no jugó bien), le ha dado una semana de vacaciones. Con oportunidad y buen juicio. Ahora, claro, Luis Enrique lo echará en falta. Pero no se debe culpar al Barça, sino quizá a la propia Federación, que podría haberse abstenido de utilizarle para Tokio, junto a otros de la Eurocopa, que también andan fritos, aunque no estén de vacaciones. O más bien al propio jugador, que podría haber renunciado a los JJ OO. De hecho, el Barça intentó ante la Federación y ante el propio Pedri evitar que fuera seleccionado para los JJ OO de Tokio.

Pero él quiso estar y no me extraña. Casillas me ha dicho alguna vez cuánto lamentaba no haber estado en unos JJ OO. Los de Sidney, a los que acudió su generación con Xavi al frente (ganaron la plata), le pillaron cuando aspiraba a asentarse en el Madrid, justo el verano que llegaba César, temió perder el sitio y renunció. Ronaldo (Nazario, el genuino) lamentaba haberse quedado en el bronce en 1996, no tener el oro. Después de tantísimas victorias a lo largo de su carrera, ambos tenían la sensación de que les faltaba algo. El fútbol, contra lo que parece, mira con un respeto especial los JJ OO. De ahí la decisión de Pedri, que ahora pesa.