Medvedev está al acecho

Daniil Medvedev, el número dos del mundo, avanza con paso firme en Cincinnati tras tumbar en octavos a Grigor Dimitrov. El moscovita viene de ganar en Toronto y ahora aspira a su segundo título consecutivo en un Masters 1.000, lo que además le situaría en disposición de asaltar el liderazgo de Novak Djokovic en el US Open. Desde febrero de 2004, cuando Andy Roddick ostentaba la corona, nadie que no sea del Big Three o Andy Murray se han sentado en ese trono. Mientras que Roger Federer, de 40 años, ha decidido volver a operarse con una difícil recuperación en el horizonte; Rafa Nadal, de 35, medita su presencia en el próximo Grand Slam con un pie maltrecho; y Djokovic, de 34, se recupera de su batacazo en los Juegos Olímpicos para intentar completar en Nueva York su colección de cuatro grandes en un curso, el ruso de 25 suma en la gira norteamericana, que siempre ha sido su mejor terreno de cultivo. Medvedev tiene que progresar todavía mucho en tierra batida, dispone de margen de crecimiento en hierba, pero en pista dura es ya uno de los tenistas más efectivos y duros del circuito ATP.

Medvedev eclosionó precisamente en esta gira norteamericana en 2019, cuando encadenó cuatro finales sin descanso: Washington, Canadá, Cincinnati y US Open. Sólo ganó un título, el que disputa actualmente, pero su épico desempeño ante Rafa Nadal en Nueva York, a quien llevó hasta el quinto set en cuatro horas y 53 minutos, ya advirtió que iba a ser un exigente rival de futuro y, por supuesto, un serio candidato a reinar en el tenis mundial. Todavía le falta dar el salto en un Grand Slam, donde ha perdido dos finales: la mencionada ante Nadal y la última de Australia ante Djokovic, a la que llegó con aura de favorito, pero sucumbió sin mucha resistencia. Nole todavía es mucho Nole. Pero Medvedev también es cada día un poquito más jugador. Y vigila al acecho.